Este monje portugalujo de la Orden monástica de la Cartuja, llegó
a ocupar el
más alto cargo de la Orden en España. Era nieto de
Manuel Chávarri Velarde, que edificó para su familia el recordado “palacio de Chávarri”,
del que bajo estas líneas recogemos un detalle de sus jardines y el frontón
interior.
Su padre, el arquitecto
Eduardo Chávarri Aburto (n.1907) y su madre Concepción Zunzunegui Loredo, hermana
del escritor y académico Juan Antonio, formaron una familia profundamente
católica, y dedicándose sus
dos hijos y una hija a la vida religiosa.
Un día de 1953, con 18
años, le pidió a su chófer que le llevara a Burgos dejando atrás su palacio y
al llegar a la puerta de la cartuja de Miraflores, se despidió de él
regalándole el coche pues pensaba quedarse dentro de aquellos muros donde no
iba a necesitarlo. Siete años después fue ordenado presbítero.
Destacó por sus dotes de
inteligencia que le llevaron a ejercer desde 1967 el cargo de vicario y ser
elegido en 1972 Prior de dicha Cartuja, donde también había ingresado su hermano
Federico cinco años antes. El Ayuntamiento
de Burgos le reconoció con la medalla del MC aniversario de su fundación y del
poema del Mio Cid.
Tras ocupar el cargo de
Visitador en España vivió sus últimos años en la cartuja catalana de Montalegre
donde residía, a la espera de cumplir el siglo, otro portugalujo, Ignacio Pérez
Renilla, que había ingresado en la Orden con 39 años tras dejar su trabajo en la
fábrica Sefanitro.
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