Este año hace ya siglo y medio de la inauguración de algo tan consustancial con Portugalete como es el conocido HOTEL por antonomasia.
Hoy recordamos de la mano de Karla Llanos, que nos envía la reseña de prensa, a una de las muchas visitas importantes que ha tenido en esos 150 años como fue la de la familia imperial austriaca en 1922.
Coincidiendo con las fiestas patronales, EL PUEBLO VASCO del día 16 de agosto, nos informa de su programa en el día de la Virgen, “dentro del legitimo regocijo de la villa que tan afectivamente le ha acogido y se desvive por hacerle grata su permanencia”.
La víspera de la festividad de la Patrona asistió a la SALVE, con misa cantada en la iglesia parroquial profusamente iluminada y adornada con sus mejores galas.
La archiduquesa viuda y sus dos nietos mayores fueron recibidos en el pórtico por las autoridades y entraron bajo palio ofreciéndoles sitio preferente, siendo los niños obsequiados con ramos de flores. Al entrar, el órgano y capilla ejecutaron la marcha nacional austriaca.
Participó el Ayuntamiento en corporación presidido por el alcalde Sr. Otaduy y entre otras autoridades estaban el senador Juan Tomás Gandarias, Luis Salazar, diputado a Cortes, Ramón Arana y muchas otras personalidades de la localidad y de la colonia veraniega.
“La capilla de la iglesia reforzada por distinguidos elementos artísticos de la localidad cantó con gran solemnidad la Salve del maestro Perossi”.
A la salida la Banda Municipal del maestro Amenábar hizo su tradicional “kale-gira” y en el Muelle de Churruca se inauguró una preciosa iluminación.
Al día siguiente, festividad de la Patrona, se despertaron con la “consiguiente diana a cargo de la Banda municipal y tamborileros, que recorrían las calles entre el estampido de chupinazos y voladores”
Salieron pronto acompañados de Ramón Arana a Begoña para asistir allí a la misa y festejos religiosos en honor de la Virgen, volviendo a continuación a la Villa.
El concierto en la Plaza de la Banda Municipal dirigida por Amenábar estuvo reforzada en esta ocasión por valiosos elementos de la Orquesta Sinfónica de Bilbao.
La comida fue en el restaurante del Hotel, de gran prestigio culinario.
Por la tarde la familia imperial austriaca fue cumplimentada por los marqueses de Arriluce de Ibarra, recordando ambas damas la iniciación de su amistad, que databa de antigua fecha y que acaeció en la corte austriaca.
A las 5 ½ tuvo lugar en la ría una variedad de festejos náuticos, con los muelles rebosando público y cientos de embarcaciones pequeñas surcando el estuario con el remolcador “Arin Mendi” de la Casa Sota, donde se había instalado el palo de la cucaña y desde el cual habían de lanzarse los patos para el juego.
El jurado de la Comisión de festejos estaba integrado por Félix Landaida, Andrés Miguel y Manuel Meléndez, siendo el premio de la cucaña de 25 ptas. o 20, según fuera o no de la localidad el vencedor, que lo consiguió Julián Angulo de Aceta.
Unos 50 participantes lucharon después para alcanzar “a cada uno de estos animalitos dando origen a regocijadas escenas”.
La familia imperial presenció los festejos desde la terraza del Hotel, aplaudiendo las peripecias de la náutica diversión. Después se trasladó a la residencia de las señoritas de Gil, en cuyos jardines tomaron el té, regresando después al Hotel.
Debemos recordar que durante su estancia en la Villa, recibió también en los salones del HOTEL la visita de cortesía de Alfonso XIII.
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