Hace unos días nos dejó Gumersindo Santamaría Eguidazu, a la edad de 109 años que llevaba ya casi dos décadas en la Residencia del Hospital San Juan Bautista.
Recordando la gran amistad que le unió con el doctor Ángel Alday y por lo tanto con su mujer Mari Carmen Mendizabal (otra portugaluja casi centenaria envidiable por su vitalidad), hemos recurrido a Javier Fernández para que nos ayude a recordarle.
Gumer, había nacido en 1912 en la Plazuela del Cristo, en la Casa de Chapa donde su padre Gumersindo Santamaría Canales (1886-1971) casado con Asunción Eguidazu Larrazabal tenía su sastrería y que en los años 1935 y 36 fue tesorero de la “Sociedad de Caza y Pesca de Repélega y Portugalete”.
Al estallar la guerra civil se incorporó al frente al igual que sus dos hermanos, y sus padres con sus tres hermanas evacuaron la Villa camino de Santander. Fue herido en el frente de Sollube, trasladado al hospital de sangre instalado en la casa Gandarias, en el Muelle Nuevo, y posteriormente apresado en Santander siendo enviado a un campo de prisioneros en Málaga. Tras la guerra se casó con Adela Cuevas Palacios estableciéndose como sastre, oficio que había aprendido con su padre, en el nº 9 de General Castaños donde durante muchos años sería un referente entre los sastres locales junto con Lafuente, y Lasheras, granjeándose el cariño de sus vecinos por su trato amable, socarrón, y respetuoso.
Fue aficionado a la botánica y un gran conocedor de las hierbas medicinales, que recogía, secaba y trataba para su consumo en tisanas e infusiones así como gran lector versado sobre todo en lecturas de filosofía y ensayo, en particular de los escritos de Ortega y Gasset.
Su curiosidad innata por aprender, fundamentalmente electrónica y TV hicieron que con más de 100 años manejara el móvil y la tablet.
Su único hijo, Ángel nacido en 1949, ha sido el deportista portugalujo más laureado, siendo Campeón del Mundo de triatlón, recordman europeo de natación en categoría máster y con numerosos títulos en competiciones nacionales e internacionales. Si sus primeros pasos los dio en la Deportiva Náutica formando parte del equipo de water polo que en 1970 se proclamó campeón de la fase previa de los Campeonatos de España que tuvieron lugar en la Villa, al dejar la práctica deportiva alcanzó grandes éxitos como entrenador y director técnico en Zaragoza.
Gumer, tras ingresar su esposa en la residencia del Hospital San Juan Bautista, donde iba todos los días a visitarla, consiguió también una plaza para seguir juntos. Tenía entonces 90 años.
La foto que encabeza esta entrada con 105 años nos muestra la lucidez que mantuvo hasta sus últimos momentos. Junto a ella la zona de la calle General Castaños con los establecimientos de Sebastián de La Fuente, Librería Sendagorta, el Resbalón,… antes de llegar a su sastrería en el numero 9.
Ahora que la Villa celebra su 700 aniversario constatamos que Gumer fue en esos siete siglos el vecino más longevo que ha tenido Portugalete.
Un emocionado recuerdo para él.
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