Ahora que el Puente Colgante cumple 130
años traemos una de las cartas que su inventor Alberto de Palacio dirigió al
alcalde portugalujo en aquellos años de su construcción e inauguración y que se
conservan en el Archivo Histórico Municipal.
La que hoy presentamos, como se ve escrita
de su puño y letra con su firma, y el sello, está fechada el 20 de setiembre de
1893 tras su puesta en marcha a finales de julio.
Quizás en ese tiempo la chavalería
portugaluja había descubierto una diversión y entretenimiento que consistía en
subir y colgarse por los primeros metros de los cables que se hundían en el
paseo del muelle y que ha llegado hasta nuestros días.
Pues bien, Palacio parece que vio peligro
en tales actuaciones infantiles y pidió autorización al alcalde para “colocar
una chapa metálica con cerradura en el pavimento de los muelles de Portugalete
y Las Arenas, de donde arrancan los cables laterales y revestir éstos con un
alambre de espino desde la altura de metro y medio”.
Hemos encontrado una foto de E. Ramón
Real de Asúa fechada en 1899, con unas señoritas sentada en el antiguo pretil
junto a los cables y vemos que el citado cierre metálico, que resultaría además
muy antiestético, había desaparecido pero no así el citado alambre de espino
que recubría los cables.
En la foto inferior de hace ya casi un siglo, al paso de una procesión religiosa por el muelle, se puede apreciar también que los cables seguían con su alambre de espino a partir del metro y medio de altura, y que muchos portugalujos actuales recuerdan que en su infancia todavía existían.
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