Continuando con el trabajo de Andrés Vitores, nos situamos en el otoño de 1963 cuando una de las principales mejoras que necesitaba la Villa era acometer su ordenación urbana y dentro de ella el tránsito rodado en un tramo de 150 metros de carretera comarcal a su entrada en la Plaza del Cristo, donde se producían embotellamientos por el intenso tráfico siendo un punto de verdadera peligrosidad.
El alcalde Julián Bayo planteó en un pleno, el 19 de marzo, un proyecto de expropiación con el consiguiente ensanchamiento en el citado tramo de la carretera, demoliendo la casa Chapa y ocupando parte de un solar ambas propiedades de la Comunidad de Santa Ana.
Con la aprobación municipal el Ministerio de Obras Públicas redactó el proyecto con el importe de las expropiaciones y derribo de la casa ya en deficiente estado de conservación.
Entonces surgió la idea de sustituir el desembolso fijado por la expropiación por una cesión del terreno de las escuelas del campo de la iglesia, negociaciones que se prolongaron unos años.
En junio de 1965 tras ser designado alcalde por el gobernador civil, José Manuel Esparza, este se reunió con la superiora de la Comunidad religiosa para exponerle el proyecto de reforma de la travesía.
Ella barajó la posibilidad de renunciar a ese dinero a cambio de la licencia de obras para construir el nuevo colegio junto a la iglesia, así como de recibir la cesión de los terrenos municipales de las escuelas del Campo.
El secretario municipal José Mª Mendieta Apaolaza supeditó el acuerdo a la aprobación del pleno municipal y a la autorización del derribo de las escuelas.
Dado que el plan de Urbanización de Portugalete presentado a exposición pública afectaba al colegio por ser terrenos calificados como zona verde o parque municipal, las monjas pedían a Esparza que la zona no fueran ni verde ni parque
En diciembre de 1966 las religiosas recibieron licencia de obras para poder construir el colegio y el 22 de febrero en un documento privado se dio luz verde al proyecto autorizándoles a levantar una planta más en el edificio proyectado por Eduardo Chávarri. En dicho documento se obviaba el acuerdo de expropiación y firmaban la compra de una parcela de terreno al objeto de reformar la carretera
En 1970 el Ayuntamiento aprobó el proyecto definitivo, en el que el edificio retrasaría su línea de edificación unos metros para ensanchar la carretera y el pleno municipal ratificó el convenio privado entre el alcalde y la superiora a pesar de que solo asistieron 9 de los 16 concejales de la corporación y solo 8 firmaron el acta, número que podría ser insuficiente para conseguir una aprobación legal por mayoría absoluta. No figuraba en el acuerdo la expropiación de los terrenos necesarios, sino que el Ayuntamiento compraba esos terrenos y bienes.
En el Archivo Municipal no consta documentación sobre dicha permuta.
Andoni Maseda nos complementa coloreando la fotografía de aquellos años con el embudo de trafico que se formaba en la entrada del Cristo, así como la foto sacada desde el mismo lugar hoy.
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