Hemos dedicado tres entradas
anteriores a la desaparecida Estrada de la Pajona, en que José Luis Garaizabal
y quien esto escribe describíamos su trayecto, su proceso de desaparición, así
como el origen del topónimo, que casi con toda seguridad hacía referencia a los
“pajones” o tallos de la borona.
Como decíamos en nuestros
artículos, el patio interior del convento de las Siervas de María es todo lo
que queda de esta estrada, que debió desaparecer en 1947, cuando se construyó
el actual n.º 12 de la calle Gregorio Uzquiano.
Traemos a este blog una
magnífica fotografía sacada desde el balcón de su casa por U.B.C (quien no
desea que su nombre y apellidos se hagan públicos), realizada a petición mía,
donde vemos magníficamente el transcurso de lo que queda del camino. Dicho
camino, si bien muy transformnado para su conversión en patio, coincide
sorprendentemente con el transcurso reflejado en el plano que Santos Zunzunegui
dibujó en 1938.
Como dijimos en un anterior
artículo, el edificio alargado de la izquierda presenta una planta dispuesta en
sentido diagonal, obligada por el transcurso de la estrada, lo que quiere decir
que probablemente este edificio se construyó cuando el caminito aún existía y
no había sido “privatizado” por las monjas. El portón que hoy cierra el patio y
que se ve en la parte inferior de la fotografía, nos debe estar indicando la
dirección que seguía el camino, que llegaría hasta el alto de Zomillo.
Adicionalmente, en mayo de
2023 mantuve una entrevista con J.L.H.D (quien tampoco desea hacer pública su
identidad), portugalujo de 93 años (nació en 1930), quien recuerda muy bien la
estrada, ya que sus padres poseían una huerta junto a ella. Desde esta huerta a
la estrada, se accedía por una vieja puerta de madera. También recuerda que en
una de las dos tapias que delimitaban la estrada, las monjas habían abierto una
portezuela para comunicarse directamente con el convento. En cuanto a la
anchura de la estrada, mi interlocutor afirma que un hombre adulto con los
brazos extendidos podría tocar con ambas manos las dos tapias que la
delimitaban. Eso nos daría una anchura aproximada de unos 180 centímetros. Dada
su estrechez, es normal que recibiera el apelativo de estrada.
Aitor
González Gato.
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