Podemos afirmar que
este camino no tenía una sola dirección, sino varias: un ramal venía desde
Urioste por la actual calle Gregorio Uzquiano pasando frente al portal de la Villa,
y luego giraba hacia las Atarazanas bajando por la calle de la
Barrera hasta el muelle, coincidiendo en este último tramo con el llamado Camino
de la Barguilla. Otro ramal bajaba al Muelle Viejo desde la parte trasera de la
iglesia; y finalmente a partir de la apertura de la carretera a Bilbao en 1858, transcurría
por la actual calle Sotera de la Mier, conservando todos estos caminos el
nombre genérico de Camino del Carro o de los Carros.
Parece que
el último tramo terminaba en el Muelle Viejo.
El 29 de diciembre de 1756 se vende a
Juan de Zurbarán «otro sitio inculto debajo de la Yglesia y de la parte de arriba del Muelle de ella para fabricar abitazión
en el que pega al Camino que llaman del carro». Así que el tramo final del
Camino del Carro estaba sobre el muelle y por debajo de la iglesia.
Este
transcurso se repite en documento de 1780, cuando sorprendieron a una persona que
trataba de meter ilegalmente vino, «por el camino del carro que se alla
detrás de la Yglesia Parroquial».
Pero es el
siguiente documento el que por fin nos da la confirmación de que el actual
camino que baja desde el ábside de la iglesia hasta el Muelle Viejo es el único
resto que nos queda del Camino del Carro. El documento fue publicado por
Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales en su blog La Vida Pasa, en un artículo titulado José
Díaz Pimienta, Marqués de Villarreal. El Campo Santo de Las Canteras. Ahí
se cita la escritura de compra por parte del Ayuntamiento y cabildo
eclesiástico del terreno situado al sur de la iglesia de Santa María a su
entonces propietario, José Díaz Pimienta y Parada de Hinojosa, marqués de
Villarreal, para instalar allí el nuevo cementerio. La escritura de compra data
del 8 de julio de 1809:
«Que da entrega
y vende a censo (…) el terreno mencionado que se encuentra contiguo a ella (a la iglesia) por el costado
sur, bajo el camino llamado del carro. Confinando por la parte del este con el mismo camino que baja a la ribera y muelle viejo». Es decir, no se hace una
diferenciación entre caminos distintos, sino más bien al contrario, se
especifica que se trata de «el mismo camino», y que este
bajaba hasta el Muelle Viejo.
Ahora que tenemos
la certeza de que la senda que actualmente baja al Paseo de la Canilla desde el
ábside de la iglesia es el único resto que nos queda de esta vieja vía (de
hecho es su último tramo, si bien hoy con escaleras que no existían
originalmente), sería una buena idea que el Ayuntamiento colocase una placa con
el nombre de Camino del Carro, dedicando así un merecido homenaje a
tan secular camino y que tan útil fue para la historia de la villa.
Aitor
González Gato.
Buen artículo.
ResponderEliminarGracias Aurelio. Buena parte del mérito es tuyo. A cada uno lo suyo. Un abrazo.
EliminarCamino donde un dia si, otro no, otro si... hay luz por la noche... una vez a oscuras, al otro dia tambien, otro dia con luz... y ojo, con mirar la camara web del Ayuntamiento del Museo Rialia se puede comprobrar, que yo no me invento nada.
ResponderEliminar