Siguiendo
con las “memorias” de Txomin Bereciartua,
recogemos hoy sus ideas de formar
personas para una Comunidad humana y formar Comunidad de gente que se
compromete con su entorno y su cultura, que hemos encabezado con las fotos de
su “eficaz y eterna secretaria Conchi Herrero” que se conservan en el despacho
parroquial:
Asentado el pie, fuimos levantando con
constancia y dedicación el edificio espiritual de piedras vivas, que forman
cuantos hoy se sienten parte de una Comunidad parroquial de Santa María
totalmente normalizada.
Javier como mejor preparado y más joven
dedicó sus esfuerzos a la Pastoral de los adultos y a la Catequesis de
Confirmación de la que fueron saliendo Comunidades de jóvenes comprometidos.
También puso en
marcha la Caritas Parroquial y sus actividades colaterales, Club de la Tercera
Edad, Pastoral de la Salud y atención al mundo de la droga. Yo puse mi atención en el Catecismo de niños, el mundo de la música y
el Culto y la organización de las Oficinas administrativas. Ah! Y a la
organización de mi querido “Galeón Elizalde”.
El Galeón
Elizalde, o mejor los Galeones que a lo largo de los años se le unieron en
formidable escuadra, eran unos grupos de educación activa, último eslabón de la
cadena de Grupos Scouts parroquiales por mi iniciados desde que estuve allá en
Algorta, y que, como siempre, formaban una numerosa y activa tripulación
mandada por fenomenales Monitores. Lo mío era enrolar tripulaciones y buscar,
formar y animar a sus oficiales y acompañarles en sus Reuniones y Campamentos.
Mi actuación respondía a mi visión de lo que es el Liderazgo compartido y la
Educación activa, aunque yo decía en broma que era como el “Capitán Araña”, que
embarcó a los demás y él se quedó en tierra. De hecho me sigo sintiendo muy
unido a ellos, muchos de los cuales ya son padres de familia y me llaman para
cenar con ellos y me tratan como uno de los suyos.
Que,
¿porqué dimos esa denominación de origen marino al Grupo de educación activa?
Porque fue un solución ingeniosa, que permitió sacar adelante su creación
solventando ciertos prejuicios, que flotaban en el ambiente, al aprovechar la
historia de la Villa jarrillera, tan íntimamente vinculada a la navegación de
los muchos galeones que durante tantos siglos habían salido de su puerto rumbo
a Brujas.
Nunca nos
encontramos solos Javier y yo en el trabajo pastoral arriba reseñado. Siempre
nos acompañaron cantidad de buenos y eficaces colaboradores. Acabo de hacer
mención de los Monitores de los Galeones, quienes, unidos a Catequistas de Infancia
y Confirmación y a los Responsables de Grupos de las distintas actividades
Parroquiales, suman varios cientos.
Quiero
simbolizar toda la labor realizada entre todos en un nombre: Conchi Herrero la
eficaz y eterna secretaria que con Pedro y otros voluntarios organizó la
Oficina Parroquial y todo el embrollo de las cuentas. Fue la secretaria
perfecta sin la cual las cosas hubieran discurrido muy de otro modo y no
hubiéramos hecho gran parte de cuanto realizamos. Tengo que hacer mención
especial a la Comunidad de Siervas de María establecidas desde hace muchos años
dentro de la feligresía de la Parroquia y siempre atentas y dispuestas a
prestar su colaboración y ayuda.
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