Txomin Bereciartúa una vez
dejada la parroquia recuerda los años posteriores, a sus colaboradores, y
relata dos anécdotas de funerales:
Cuando en
mil novecientos noventa y uno dejé de ser Párroco para ir destinado a la Parroquia
de Santa Ana de Las Arenas, Javier Martinez Sueskun mi compañero pasó a ser el
nuevo Párroco y, como tal, cogió el testigo de las obras, cerró la iglesia al
culto y, tras dos años de exilio provisional en la Capilla del Colegio de Santa
Ana, dio fin con bien a los trabajos emprendidos.
Yo me
alejé de todo, ya que bastante que hacer tenía en Las Arenas, aunque volví en
algunas ocasiones puntuales llamado por los dos Javieres, Javier Martín el Director
de la Obra y el cura Javier. En una de ellas conseguí que hincaran el diente a
dos aspectos delicados de la restauración, ya que yo veía muy clara la
necesidad de quitar unos retablos neogóticos que ocupaban la actual capilla de
San Roque y los testeros de las dos naves laterales donde ahora están el
Tríptico y la Tabla flamencos. Además pedí y logré que se metieran con el
Presbiterio y lo rebajaran en un peldaño. A pesar de los miedos al aumento de
las deudas, me hicieron caso. Lo agradezco y me alegro, porque mi sugerencia
mejoró mucho la obra. Tengo
que decir que uno de esos retablos neogóticos retirados de las naves laterales
preside hoy la Ermita de Santa Ana de Las Arenas.
En otra
ocasión di mis consejos sobre los cierres o no cierres de alguna de las
Capillas laterales. Algunas de éstas seguían apareciendo como propiedad de las
familias que las habían levantado. Bueno, es un decir porque después de tantos
siglos y tras el aumento vegetativo de las familias, las herencias y las
ventas, vaya Usted a saber de quien eran las Capillas. Es el caso que las
puertas de una de ellas estaban cerradas con candado cuando nosotros llegamos a
Portugalete y que yo entre safari y safari había roto el candado y había
abierto la Capilla al uso de todos. Un día vinieron un montón de miembros de
una familia, que se decía propietaria de la misma y me rodearon entre amenazas
y reclamaciones y yo me hice el sordo, pues estaba enterado de que no había
papeles y de que en todo caso la tal capilla podía ser propiedad de decenas o
cientos de familias descendientes de los fundadores de la Capilla.
Consecuencia, esa Capilla quedó totalmente abierta tras las obras y luce ahora
un Cristo gótico muy bueno, que estaba arrumbado en un rincón del coro y que
según el profesor
Barrio Loza de Deusto es del siglo XIV y procede de un
humilladero existente en el actual cruce del Cristo.
Esta es una parte de mi rol como cura
edificante, pero no en el sentido figurado y piadoso, sino en el real. Y no
movido por un ansia de dejar recuerdos perennes. Es una necesidad que me nace
muy dentro, en parte desde mi sentido de la estética herido por la belleza y
grandeza de mis Templos abandonados por desidia y, en parte porque pienso que,
al renovar y actualizar las Piedras nobles del Patrimonio de mis Parroquias,
verdadero signo del Templo de Piedras vivas que ellas cobijan, mantengo vivo el
Patrimonio cultural y artístico del Pueblo. Además, siempre he pensado que toda
Comunidad humana necesita una buena casa.
Debo añadir aquí los nombres de algunas entidades
y grupos amigos, que también echaron una mano en la tarea. Portugalete entero
con sus aportaciones en dinero y los Padres Agustinos que cedieron a esta
Iglesia el dinero procedente de la liquidación de la Fundación Casilda
Iturriza. Haré mención también de la Asociación “Amigos de la Basílica” por mí
fundada con la misión de cuidar siempre de que nunca se adueñe el deterioro de
la misma.
Antes de
terminar una de funerales. Mejor dicho, dos. Murió en San Sebastián Don Ángel
Chopitea, Párroco que fue durante muchos años de Portugalete. Celebramos por él
un funeral en nuestra Parroquia y yo acudí a los Funerales celebrados allá en
Donosti. Con esa ocasión, me invitó su sobrina a comer y luego me llevó a donde
Maritxu la bruja buena de Ulía, quien me leyó las manos y luego me echó las
cartas. Todo salió bien y yo quedé contento y convencido de que todo era
verdad. ¿Me tocará por ello algún tizonazo en el Purgatorio?
El otro
Funeral fue muy distinto y se celebró por un portugalujo a quien la Guardia
civil había matado en un piso de Cruces. Se mascaba el ambiente violento en una
iglesia abarrotada. Quise comenzar diciendo algo así como “La muerte de
...”, pero no pude continuar en medio
del clamor a gritos “Asesinato, asesinato”. Continué gracias a que Gorka Martínez,
amigo y portugalujo, subió al Presbiterio para pedir silencio. Nunca he celebrado
un funeral más rápido, ya que ni tan siquiera repartimos la comunión, primero
porque era imposible dado lo densamente apelotonados que estaban todos en la
nave y además porque allí faltaba el espíritu de comunión. Los periodistas
estaban al acecho de algún titular pero el sacristán oyó al de Radio Nacional
que decía por teléfono “Ha sido muy breve y solo ha dicho que también Jesús
murió muy joven”. ¿Qué esperaban?
Me produce vergüenza leer como se magnifica la presencia y actividades de este cura en Portugalete.
ResponderEliminarPor lo que voy leyendo se encargó de dilapidar parte del patrimonio que existía en la iglesia parroquial “regalándolo” a su libre criterio por los pueblos que le dio la gana.
VERGONZOSO. El patrimonio que ha tenido la iglesia ha sido pagado por los portugalujos, en su mayoría pobres, ¿Quién era este cura para disponer de unos bienes que no eran del? .
Pregunta a concejales ¿quién del ayuntamiento le permitió hacer eso? ¿Surposa? ¿quién le metió en su consejo?
Qué vergüenza y encima con publicidad. Así nos va.
Pues a mí lo que me produce vergüenza es ver cómo se critica desde el anonimato.
ResponderEliminarCon la edad he aprendido que ni los buenos eran tan buenos ni los malos eran tan malos. Todo el mundo hace cosas buenas y malas y a mi modesto entender en las que hizo D. Txomin hay más de bueno que de malo.
No todos tienen el mismo balance.
Javier López Isla
Un dato para captar en toda su esencia conciliadora la labor pastoral de este sacerdote: es una de las tres personas que, además de crear la Fundación El Abra, pertenecieron al primer consejo de administración de Surposa. Véanse los nombres y las adscripciones políticas de los otros dos, y todo se entenderá mucho mejor.
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