Entre los libros mas consultados del Archivo Histórico Municipal están los Padrones, siendo el mas antiguo el de 1853.
De los siglos anteriores existen listas de vecinos o algunos
censos como el que la Diputación Foral de Bizkaia nos ofrece digitalizado en
internet, que se integra dentro de las Estadísticas de población, Censo de
policía, y que corresponde al año 1824, y que nosotros hemos compartido en la Biblioteca digital portugaluja, en
formato pdf que consideramos más cómodo de uso.
Realizado el 31 de diciembre de 1824, nos resulta de gran
interés, sobre todo ahora que estamos confeccionando la Crónica de la historia del siglo XIX, y en él se pueden analizar
los más diversos conceptos, desde personas, y sus fechas de nacimientos,
procedencia, oficios u ocupaciones, etc.
Su población era de1125 personas, de las cuales 170
vivían en la calle Santa María y Campo de la Iglesia, 470 en la calle del Santo
Cristo y del Medio, 285 en el Muelle y cantón de la Carnicería, 95 en el Cantón
de la Botica hasta Santa Clara, las taranzanas y Barrera, 28 bajo de los Arcos,
72 en el barrio Nuevo y 5 en el barrio de Repélega.
Aquí ya nos da que pensar el que Las taranzanas, como
también aparece en muchos planos, tenga un origen distinto al actual de
Atarazanas (ya que efectivamente en esa zona no pudieron estar enclavadas las
atarazanas de la Villa), el Muelle, posteriormente muelle
viejo, bajo los Arcos, quizás los que daban al Solar, el barrio Nuevo, o Chicharra (posteriormente anexionado por Santurce) y el barrio de
Repélega con 5 vecinos lindante al término del mismo nombre perteneciente al
concejo marinero.
La dedicación de su vecindario puede dar mucho juego a los
estudiosos. Por ejemplo si empezamos por las mujeres, vemos que el mayor
colectivo de estas, mas de 80, se definían como labradoras, seguidas de las
sirvientas, 70, y de las costureras, 50.
Luego encontramos 25 tenderas, 9 posaderas, 9 hilanderas, 7
panaderas, 6 revendedoras, 5 regateras, 4 taberneras, 3 horneras, 3 lavanderas,
1 tejedora, 1 calcetera, 6 cargueras, 1 pescadora, 4 jornaleras…
Además vemos que el servicio de correos contaba con 3 mujeres, correas, que había una comadrona, una maestra de niñas, una nodriza, 2 llaveras
de casa, una hospitalera, y una administradora, sin olvidar las 12 que se
consideraban hacendadas o las 9 propietarias.
En cuanto a los hombres y analizado un poco por encima, y más o menos, vemos
que destacan los que se dedicaban a la mar, casi un centenar, que figuran como
marineros, mareantes, navegantes, lancheros o patrónes de lancha y un
pescador. Lógicamente 41 marinos se hallaban ausentes.
Igualmente encontramos todas las dedicaciones que se daban
en una población de aquellos tiempos.
Los personajes que habitaban entonces también puede ser una
línea de investigación de los curiosos, y a nosotros nos ha saltado a la vista
la familia del indiano Manuel Calvo.
Con el nº 651 de padrón figura el navegante gallego Matías
Calvo (nacido en 1777 en Santiago) que había llegado con 24 años y se
encontraba casado con Josefa Aguirre (nacida en 1782 en Ondarroa) que había
llegado cuatro años antes que él y que ostentaba la profesión de Posadera (en
el primer número del Cantón de Carnicería estaba la Posada de Calvo). Tenían una hija
Brigida, de 21 años y dos hijos, el futuro indiano Manuel, de 7 años y José de 3
años y seis meses, además de una sirvienta Justa de Aspiazu de 17 años.
La citada casa del cantón de Carnicería,
actualmente Salcedo, debía ser conocido como Posada de Calvo, el nombre del marido de la
que realmente lo regentaba, y hacía esquina al citado Cantón y a la Plaza,
estando pegado al edificio del antiguo ayuntamiento.
La ilustración al final de estas líneas intenta mostrárnosla
gráficamente. Situada en el centro de la fotografía, tiene a su derecha el
edificio del ayuntamiento con sus pórticos, frente al cual ponían sus puestos
las aldeanas.
Como vemos por el documento que hemos añadido, procedente
del Boletín Oficial de la Provincia de Vizcaya, 27 años después, en 1851,
cuando quizás ya habían muerto Matías Calvo y su mujer, y su hijo Manuel ocupaba una posición privilegiada en Cuba, esta Posada Vieja de Calvo se sacó a
la venta. Años después el 27 de noviembre de
1880, el Consistorio decide comprar el terreno que ocupaba el edificio para aumentar el espacio que iba a tener la nueva Casa Consistorial que se
quería construir y que será la que ha llegado a nuestros días.
Otro vecino que nos salta a la vista, con el nº 664 y
viviendo en el Muelle, casi en el centro de la actual dársena de la Benedicta,
era Pedro Villar, 56 años, hacendado, natural de Portugalete, casado con
Francisca de Salcedo, 52 años, tendera, de Santurce, y entre cuyos hijos figura
José Villar Salcedo de 9 años, y que
llegaría a alcanzar altos puestos del Estado como Fiscal y Senador vitalicio.
No seguimos desmenuzando este Censo, dejándolo abierto a la
curiosidad de los interesados.
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