Entre la abundante y rica documentación existente en el
Archivo Histórico Municipal, nos detenemos hoy en los papeles referentes a los
años en que las tropas napoleónicas ocuparon la Villa entre 1808 y 1814.
Su entrada en Portugalete se produjo el día 17 de agosto de 1808 por la tarde cuando ya todos los miembros del Ayuntamiento se habían ausentado
del pueblo.
El “Jefe Francés” mandó que se reuniera un concejo abierto al que
asistieron 35 vecinos, que se
vieron obligados a nombrar un
gobierno municipal presidido por José de Sarria, como alcalde y juez ordinario,
quien a pesar de no querer prestarse a los manejos de los franceses para
ponerle en el puesto de alcalde “juró a
Dios, y una cruz de cumplir con las obligaciones de su empleo, y recibió la
real bara de manos del teniente prevoste”.
Una semana
después, el 24 de agosto el Ayuntamiento se entera de que un destacamento
francés de 120 hombres acantonado en Bilbao iba a venir a Portugalete para
distribuirse en él y sus fortines que como vemos en el plano superior
eran los de Campo Grande, el Cuervo y el del Solar. A pesar de comunicarles que por la gran falta de recursos y de fondos no podrían acogerles, la compañía francesa llegó al mando de
dos oficiales que solo traían suministro de pan, dejando “al cargo de este Pueblo el suministro de la carne, vino, aceite y demás
utensilio”.
Al final del
año nos encontramos que ha llegado también a la Villa por mar otro contingente
francés y que en nuestro puerto está fondeada la corbeta Oreste (luego
llegarían otros) a cuyos tripulantes también hay que alimentar.
Es fácil
imaginar que los portugalujos lo pasaron mal en estos años en compañía de los gabachos, con
vejaciones y desmanes cuando no llegaban las vituallas para todos o no se les
atendía, y con la
soldadesca gala campando
por sus respetos. Una de las cartas del Comandante de la Plaza, Monseur
Michaud, que reproducimos con sus sellos lacrados, y traducido por el Archivero
Municipal de entonces, y que había sido antes maestro municipal, Manuel Ignacio
González dice:
A los señores miembros de
la justicia componentes
del Consejo superior de
la Villa de Portugalete.
Se prohíbe a todas las
posaderas y taberneras servir vino alguno, ni alojamiento a ningún soldado ni
marinero francés después de las siete horas de la noche y si encuentra algún
marinero o soldado después de las siete las taberneras y posaderas, serán
multadas con la cantidad de 15 pesetas y conducidas a la cárcel de Bilbao.
Portugalete febrero de
1809
El comandante de la plaza
Señor Michaud
O sea que en
lugar de sancionar a su gente que siguiera en las tabernas después de las 7 de la tarde
se multaba a las taberneras (las mujeres estaban al frente de las casas en que
además de vender todo tipo de géneros, servían de taberna o posada) que no les
echaran fuera.
Según otro
documento que también reproducimos junto a estas líneas, un batallón francés, el “Suplementario de Cazadores de Montaña” lo
componían 67 individuos y a su frente estaban el capitán comandante del
batallón V. Wallerune. Tenía dos capitanes, un teniente, un ayudante
suboficial, un sargento mayor, seis sargentos, dos furrieles, once caporales,
dos tambores y cuarenta cazadores.
En abril de
1810 el General Gobernador de Vizcaya, Monsieur Thouvenot manda establecer como
órgano de gobierno en cada pueblo un “Consejo Municipal” formado por un
alcalde-presidente y cinco consejeros, que requeriría luego su aprobación y que
en la Villa se eligió con
José Antonio de la Cuesta de alcalde. El consejo saliente estaba obligado a tomar juramento al entrante.
Una vez
vencido y expulsado del país el ejército francés, el 12 de agosto de 1.814,
siendo alcalde Pedro de Gorostiola, se da lectura en la sesión municipal a la
Real Cédula del rey y su Consejo de 30 de julio de 1.814, que ordenaba que se
disolviesen los ayuntamientos constitucionales y que se restableciesen con la
estructura que tenían en 1.808 siendo repuestos en sus cargos los que los tenían
antes de la invasión francesa. Por eso, ahora vuelve como alcalde José Benito
de Zaballa.
Para esta entrada nos hemos basado en el trabajo de Roberto Hernández Gallejones, Archivero
Municipal, que se puede consultar en la BDP con el título El Portugalete napoleónico.
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