Durante este periodo de confinamiento es habitual que removamos
viejos cajones o carpetas con recuerdos olvidados. Josu Basagoiti desempolvando “cositas” guardadas ha encontrado el
ejemplar de EL CASO de octubre de 1954 con el titular LA CHICA DE PORTUGALETE.
En las páginas tercera y siguientes anuncia un extenso
reportaje, cuyo resumen en portada es el siguiente:
EXTRAÑA MUERTE DE UNA CRIADA. En la ría de Portugalete
apareció el cadáver de una muchacha de servicio, de 17 años llamada Inés Pérez
López. El cuerpo de la infeliz estaba totalmente desprovisto de ropas y las circunstancias
que rodean el hecho son lo suficientemente extrañas para que se haya abierto un
sumario. La analogía de algunos detalles de este suceso con la muerte de (ilegible) hará pensar en la posibilidad
de un homicidio, o al menos, de criminal negligencia. En el grabado, a la
derecha, la última foto de la desdichada Inés el pasado verano en la misma
playa donde encontró la muerte.
En una entrada de este blog dedicada a MATÍAS PÉREZ, el portugalujo de Guyma, fotógrafo de EL CASO, que realizó el
reportaje del suceso, recordábamos como este semanario especializado en noticias de
sucesos, que se caracterizó por relatar en sus páginas los crímenes y episodios
trágicos más desagradables y escandalosos de la sociedad española de posguerra
apareció por primera vez en 1952, al precio de 2 ptas, con una difusión de poco
más de 10.000 ejemplares para progresivamente ir aumentando de manera continua
su tirada hasta llegar a más de 100.000 ejemplares. También conocido como el
diario de las porteras, los sucesos de la década de 1950 como el Caso de
la mano cortada o el Crimen de Jarabo hicieron aumentar la difusión
hasta casi medio millón de ejemplares.
La información que ofreció ABC del 15 de octubre
de 1954 decía: En la playa de Portugalete ha aparecido, flotando sobre las
aguas, el cadáver de Inés Pérez López, de 17 años, que prestaba sus servicios
como doméstica en una casa de la calle Víctor Chávarri, núm 2, en Portugalete.
El cadáver, al que esta tarde le será practicada la autopsia, presenta una
pequeña mancha en un pómulo y otra en un brazo, y por la forma en que se
hallaba en el agua, da motivo para que la Policía se movilice a fin de
esclarecer el hecho.
La expectación que levantó en Portugalete el suceso fue
enorme y como decía Alfre Palacios, constituyó uno de los tres grandes misterios de la
Villa, junto con el de Jáuregui y el de Allende.
Tras publicar esta entrada se nos recomienda que consultemos las hemerotecas de la prensa local de la época y estos recortes son los que encontramos:
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