martes, 7 de abril de 2020

LA HISTORIA DE LOS GIGANTES Y CABEZUDOS EN PORTUGALETE (2): LOS PRIMEROS GIGANTES EN 1935



Al igual que Bilbao había incorporado 8 nuevos gigantes a su comparsa en 1935, la corporación portugaluja presidida por Enrique Retuerto, acordó en mayo la adquisición de 6 nuevos cabezudos fijándose en el catálogo de la casa barcelonesa “El ingenio”, y posteriormente el 5 de Julio, la primera pareja (sin vestir) de gigantes.
Por su parte, la Unión Comercial de la Villa, “secundada por comerciantes e industriales de la misma, había equipado sin gasto alguno para el Ayuntamiento la pareja de gigantes” ataviados de baserritarra e hilandera, lo que mereció la felicitación del alcalde dado que lo hicieron “con verdadero buen gusto”
Como vemos en la foto, el aldeano iba tocado con una gran txapela y vistiendo la tradicional blusa de cuadritos de Vichy y pantalón de mil rayas, portaba un gran paraguas colgado del brazo derecho, mientras la aldeana vestía de negro, delantal incluido, con pañuelo blanco a la cabeza, sosteniendo un copo de lana en su mano derecha y el huso en la izquierda.
Presentados el día de Santiago, en éxito fue total y en el programa de fiestas de 1936 figuraron en la portada.
Tras la guerra civil, en 1940 la corporación presidida por Valeriano Martín decidió ampliar la familia y para ello se dirigen de nuevo a El Ingenio, que había suministrado los anteriores, y a pesar de haberse encarecido su precio decidieron decidieron comprar una pareja de gigantes, sin vestir, con pelucas de fibrón (¿?) bien imitado a cabello.
El 14 de Agosto, a las 4½ de la tarde se realizó la RECEPCIÓN, en la Estación del Ferrocarril, de “la nueva comparsa de gigantes y cabezudos”.
Como en 1935, la confección de la vestimenta de los gigantes y cabezudos corrió a cargo de los comerciantes y nuevamente lo bordaron.
La nueva pareja vestida de ambiente marinero parece que era más alta que la anterior. Él con su sudeste en la cabeza y vistiendo kaiku, representaba a la gente de mar, y ella, a una guapa sardinera con sus mangas remangadas, su falda de flores con delantal oscuro, pañuelo y cesta en la cabeza. No daría tiempo o no quisieron dotar al hombre de algún aparejo, remo o bichero ya que su mano derecha lo pedía.
La pareja de aldeanos, ya había perdido su paraguas y huso. Seguramente molestaría al porteador y se eliminaron los adornos (salvo la cesta).
En cuanto a los cabezudos, la nueva familia estaba compuesta por Negro sonriente, Chaval con la boca abierta, Calvo con bigotazos, Maño, Tuerto, Viejo con barbilla, Negro II, ¿Payaso?, Repeinado cabezón (grande), Otro repeinado (grande), Rubia del flequillo y Negro III.
Aún hoy, hay personas mayores que recuerdan el salero con que bailaba a la sardinera Felitxu “el sacris” o la patxorra con que desfilaba Mingorance “Mingo” o lo bien que lo hacía y el meneo que daba a su gigante, Pablo Rojo, de Coscojales.

Antes de seguir con la siguiente entrada, ya al final de la dictadura, José Luis Garaizabal quiere aprovechar para reclamar como portugaluja a esta nueva pareja, ya que en el libro GIGANTES Y CABEZUDOS DE BIZKAIA (Iñaki Irigoien y Jon Gaminde) atribuye su propiedad a Santurtzi, colocando a la foto anterior el pie: “Gigantes y cabezudos de Portugalete y Santurtzi”, basándose seguramente en una foto del blog santurtziarra (https://elbolintxies.wordpress.com/) en la que aparece nuestros gigantes, primero recortados y separados de sus hermanos y luego delante de una casa que nuestros contactos en el pueblo vecino no han podido identificar. Hay que tener en cuenta que los ayuntamientos sin gigantes, solían alquilarlos a los pueblos vecinos.



2 comentarios:

  1. Soy nieta de Pablo Rojo y toda mi infancia he sido la nieta de Rojo "el que bailaba la sardinera".

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