El Cine Ideal estaba en la calle General
Castaños. Inaugurado en 1919, fue el primer local en dar películas en la villa
jarrillera, y constaba de 832 localidades.
La gran
cinefilia que profeso se debe en buena medida a este local y a su vecino el
Cine Mar y sus programas dobles en las matinales de los domingos y festivos.
En el
Ideal descubrí a Marilyn Monroe en la estupenda "Río sin retorno" con
el formidable Robert Mitchum, o aprendí a llevar y disparar un revólver en la
sensacional "Raíces profundas" de la mano del gran Alan Ladd. O me
aterroricé con la llegada de los invasivos marcianos en la galardonada con el
Oscar a los mejores efectos especiales "La Guerra de los Mundos" de
Byron Haskin. Por citar unos ejemplos.
Se le
conocía como el cine de Berriatua por el apellido del fabricante de gaseosas que era su propietario. Pero el
verdadero empresario era D. Luis de Lafuente que con su esposa Doña Carmen se
sentaban a la entrada en el vestíbulo del cine junto a la taquilla y por las
tardes controlaban a todo aquel que entraba al local.
Este
tenía una planta en forma de "T" con una zona inicial de patio de
butacas muy estrecha para de pronto engancharse y ampliarse a ambos lados con
unas hermosas plateas laterales que ampliaban el aforo de su extenso patio de
butacas. Las localidades altas estaban encima del vestíbulo y la delantera
tenía butacas pero el anfiteatro era de bancos corridos. Al costado derecho de
la entrada a butacas estaba la cabina de proyección con aparatos Ossa y sacaban
una muy apreciable proyección en una espléndida pantalla de Cinemascope (fue el
primer cine de Portugalete que tuvo dicho sistema) y un sonido muy ajustado con
una buena acústica en la sala (disponía de sonido estereofónico que daba realce
a películas como "Los diez Mandamientos" ó "Los cañones de
Navarone").
Un
recuerdo para sus operadores de cabina, Ángel y Joaquín aunque este último pasó
al Coliseo Java al inaugurarse dicho local y que como a veces las cortinas del
escenario molestaban un poco en los laterales del Cinemascope salía de la
cabina con un palo de escoba y retiraba los extremos de las cortinas en los
bordes de la pantalla.
Otro
empleado que permaneció en el cine hasta su jubilación fue Germán el portero
que a pesar de su seria expresión era amabilísimo, y siempre impertérrito en la
puerta de entrada. Las sesiones eran siempre continuas pues las butacas
adolecían de numeración. El horario era desde las 5,30 tarde. El último pase a
las 10 noche excepto en programas dobles en que se adelantaba a las 9,30. Los
domingos y festivos había matinal a las 11 de la mañana con programa doble que
luego por la tarde se repetía en el Teatro Principal de Portugalete en Continua desde las 5.
Solían
ser aptas para menores. Recuerdo "El prisionero de Zenda" con Stewart
Granger, Deborah Kerr y James Masón. También "Quo Vadis?" con Robert
Taylor y Deborah Kerr y un sinfín que sería prolijo enumerar. La película base
de la semana se estrenaba el Sábado y duraba hasta el martes. Luego Miércoles y
Jueves se daba otro estreno, reestreno ó programa doble. El viernes era
variable hasta que con el paso del tiempo pasó a ser el día de estreno.
La propaganda
se ponía profusamente en el exterior con múltiples carteleras con fotos y
pasquines de las películas. Y un cartel de letras intercambiables estaba
siempre encima de la taquilla con los horarios y precios y la calificación de
la edad a que era destinada la película. El vestíbulo también estaba repleto de
carteleras. Parte de las exteriores se dedicaron a la propaganda del Coliseo
Java (iniciales de Jañez Valderas, su constructor) que también era explotado
por Lafuente y le interesaba potenciar.
En los
años 60 el cine se cerró por obras que lo modernizaron dándole un aire más
actual (pero para mi que quedó un poco híbrido y perdió parte de su encanto
clásico) y se reinauguró con "Ulises" de Mario Camerini con Kirk
Douglas distribuida por Rey Soria Films. Así se mantuvo abierto unos cuantos
años en los que se procedió al cierre de las localidades altas y se reformó la
cabina de proyección que pasó a tener proyector único con lámpara de xenón y
bobinas gigantes en la peana del proyector. Las matinales se mantuvieron hasta
el cierre y luego siguieron en el Coliseo Java. Recuerdo la proyección de
"Alerta roja, Neptuno hundido" en esta etapa y ya eran con película
única sin programa doble.
En 1984 la proyección de "El trueno
azul" con Roy Scheider cerró para siempre las puertas de aquel templo del
Séptimo Arte que protagonizaba unos llenazos en sus buenos tiempos que un
ejército de acomodadores, hasta tres llegaba a haber en el patio de butacas,
canalizaba hasta sus asientos. Al principio tuvieron uniformes de pana verde
con botones dorados. Luego ya fueron de paño y de color marrón oscuro como
tabaco muy bonito en sus últimos tiempos.
"Hatari", "Lío en los grandes
almacenes", "El albergue de la Sexta Felicidad", "Creemos
en el amor", "El día más largo", "El diario de Ana Frank",
"Ben-Hur", "Fuego verde" etc. etc. etc.... quedaban atrás
en el imborrable recuerdo de tantas horas de disfrute. En fin... una pena.
¡¡Otros tiempos!!
JULIO IGNACIO GALLEGO
1 de mayo 2018
Los cines
de Euskadi QEPD
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