Tras la entrada de esta semana dedicada a Ultramarinos Elisa Lavilla, José Luis Garaizabal ha hablado con esta mujer de 90 años que estuvo media vida al frente de su negocio, de la que hemos recuperado la foto con Ángeles, la lechera, y otras conocidas portugalujas, dejándonos algunas breves pinceladas sobre sus años de tendera:
Cuando contaba con 16 ó 17 años, hacia
1946, cogió en traspaso la lonjita del número 2 de la calle Salcedo en la que
antes había montado una confitería la madre de Rodol Rovira para una de sus
hijas. Como ésta no atendía bien el negocio, dejando de lado el dicho: “El que
tenga tienda que la atienda”, la cerraron y Elisita se animó a montar en el
local una pequeña tienda de ultramarinos.
Tuvo como vecinas a las dos señoras
mayores, la hermanas Otaduy, que regentaban en el portal la mercería GUIPUZCOANA.
Suponemos que fuesen las hijas de Cleto Otaduy que ya figuraba en 1894 como
propietario de una tienda de tejidos en Salcedo.
Habían pasado treinta años, cuando en
1976-77, el Ayuntamiento declaró en ruinas la casa que luego utilizaría para
ampliar el ayuntamiento, obligando a Elisa a trasladarse en 1978 al antiguo
Palacio de las Medias, sito en Salcedo nº 4 haciendo la competencia, al otro
lado del portal, a los Ultramarinos BASAÑEZ.
Transcurrieron otros doce años, más o
menos, y llegó por fin la jubilación bien merecida en 1991, después de 44 años
al pie del cañón. Aún recuerda con orgullo la buena fruta que vendía y cómo
solo disfrutó de 45 días de vacaciones en toda su vida. Quince por matrimonio y
otros quince por cada nacimiento de su hija e hijo. Y, además, trabajando hasta
los domingos.
Esta es la pequeña historia de una de
aquellas mujeres emprendedoras que pasaron la vida detrás del mostrador
haciéndonos la compra más cómoda a los portugalujos. Como bien refleja este
trabajo de recopilación de comercios del Casco Viejo portugalujo, dedicado con
cariño a todas ellas, pocos de aquellos negocios han resistido a los nuevos
tiempos, dejando tras de sí lonjas cerradas y unas calles muertas cuando antaño
todo era movimiento y prosperidad.
***
Pilar
Fernández, que nos sigue desde México,
donde
vive actualmente también con casi 90 años,
al
ver la fotografía de Elisa nos dice que le encantó,
que
le hizo recordar tiempos pasados preciosos,
ya
que ella era también una de las que tuvo ahí
durante
muchos años Ultramarinos Pili.
(Por nuestra parte, si guarda alguna foto de
aquellos años,
nos agradaría
compartirla con los seguidores de este blog)
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