La anécdota nos la facilita Karla Llanos recogida del periódico EL NERVION del 9 de setiembre de 1893.
Entre los vecinos de la Villa había en aquel entonces dos jóvenes gipuzkoanos de Azpeitia y de Azkoitia (este de nombre Domingo Loza de 26 años) que apostaron 1.000 ptas. en realizar el recorrido entre "el kiosko de la Villa y el del Arenal de las cuatro esferas, a pie y corriendo".
Se estipulaba en las condiciones que perdería la apuesta quien cayera al suelo ya fuera por cansancio o por otro motivo y necesitara ayuda para levantarse.
En medio de una gran expectación la salida se dio a las diez de la mañana yendo por delante de los andarines dos jueces de la apuesta a caballo. Según la crónica “muchos siguieron la carrera yendo a pie o en el ferrocarril y en el Arenal esperaba mucha gente”.
Al llegar a Zorroza el de Azpeitia cayó al suelo y tuvo necesidad de que le levantaran, con lo que el de Azkoitia aprovechó para sacarle mucha ventaja, pero cuando le faltaba medio kilometro, en la calle Hurtado de Amézaga, cayó también "como reventado y algunos que seguían la carrera a caballo le tuvieron que levantar al ver que no se movía, como si estuviese muerto".
Poco después se presentó el de Azpeitia al cual intentaron detenerle los que hacían de jueces, pero continuó seguido de infinidad de personas, llegando al pie del reloj del Arenal en 47 minutos.
Al de Azkoitia le llevaron al cuarto de socorro del Ensanche donde le aplicaron “un antiespasmódico siendo el cansancio el que originó la sofocación”.
No se nos dice como acabó la apuesta pues por más esfuerzos que hicieron los jueces no se avinieron a ponerse de acuerdo.
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