Hemos recibido la MEMORIA del “Santo Hospital de San Juan Bautista” y al margen de que le dediquemos una entrada, recogemos hoy la noticia que ya es conocida en la Villa: La Comunidad de religiosas de Siervas de María cesan en su dedicación de atender a la centenaria residencia portugaluja.
Esta congregación fue fundada en Madrid en 1851, por María Soledad Torres Acosta a quien en 1950 beatificó en Roma el Papa Pío XII y su imagen preside un lateral del altar de la Capilla de la Residencia.
En 1898 llegaron a la Villa siendo siete las primeras que se establecieron primeramente en la Plazuela del Cristo, pasando después al Muelle Viejo y dos años después en 1890, toman el primer contacto con el Hospital situado entonces en la calle Mª Díaz de Haro. El alcalde acuerda con la superiora que sean dos religiosas las que ayuden a los encargados del citado establecimiento, asignándoles la misma remuneración que a aquellos.
En 1907 al inaugurarse el actual Hospital, el acuerdo con la Junta de Caridad es ya completo pues prescindiendo del hospitalero serán cinco religiosas las que se harán cargo del nuevo Centro, formando una nueva comunidad a cuyo frente estaría como superiora Sor María Pilar Yangüas.
El resto cambian de residencia al año siguiente al nº 22 de General Castaños, donde permanecerían hasta la inauguración del nuevo convento de El Ojillo en 1915.
En 1918 con motivo de la epidemia de gripe que asoló la Villa, además de atender a todos los vecinos que lo demandaban, se responsabilizaron del Pabellón de Infecciosos del Hospital, pagando también su precio pues en los años siguientes fallecen cuatro de ellas, de tisis, asma, tuberculosis galopante...
Por petición de la Junta de Caridad, el Ayuntamiento les nombró en 1973 Institución Social Benemérita y a todas las Hermanas, Hijas predilectas de Portugalete.
Fue a finales del siglo XX, en 1992, en la visita de la Madre General de la Congregación, quien ante la petición de ir reemplazando las bajas que, por imperativo insoslayable de la vida, se producían entre las monjas que prestaban sus abnegados y eficientes servicios, quien expuso la dificultad de atender a estos deseos por la escasez de vocaciones existentes ya entonces.
Recientemente la actual Superiora Provincial, se dirigió a la presidenta de la Junta de Caridad anunciando la noticia:
Me gustaría que este
momento no hubiese llegado nunca, pero la crisis vocacional que desde hace años
viene azotándonos, se hace más cruda cada día que pasa y ciertamente tengo que
decirle que no tengo Hermanas que aun estén en edad laboral para poder enviar a
esa Comunidad y sirvan de refuerzo a las poquitas que actualmente están. El
número de Hermanas se ve cada vez más reducido y aumentan las que necesitan de
nuestros cuidados por la edad y la enfermedad que se va haciendo realidad en
todas nuestras Comunidades. El número de jóvenes que quieran consagrarse a Dios
a través de nuestra Congregación de Siervas de María, es evidentemente cada vez
menor. Estos son principalmente los motivos que me llevan a tener que comunicarle
esta noticia, que comprendo le será poco agradable.
La fecha prevista para su marcha es el mes que viene.
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