El pasado día 14, durante las
operaciones de tala del chopo que existía en el rincón superior de los jardines
de la Torre de Salazar con objeto de hacer sitio a la encina conmemorativa del 700 Aniversario de la Villa, como recoge la foto superior, se hundió el terreno dejando a la vista una pequeña cavidad.
Conocedores de las labores que se habían realizado semanas antes mediante georradar, tomografía eléctrica y
microgravimetría, los trabajadores tras consultar a su jefe la posibilidad de
introducirse en la oquedad, uno de ellos con la ayuda de una escalera y la
linterna de su teléfono móvil pudo comprobar que se trataba de una pequeña
estancia rectangular con uno de los muros decorado por un fresco de temática
religiosa que se conservaba en un estado aceptable aunque le faltasen partes.
Con su teléfono obtuvo la fotografía que presentamos al final de esta entrada y salió al exterior.
Dado que el hallazgo podría retrasar las
labores de plantado de la encina programadas para el día siguiente, tras diversas llamadas y a la espera de recibir instrucciones precisas, taparon el
hueco con los trozos grandes del tronco y tierra, hasta que lo disponga el Ayuntamiento
una vez que tenga en su poder el resultado del trabajo arqueológico encargado.
El operario, seguidor de este blog, nos
ha enviado la fotografía, rogando que le mantengamos en el anonimato y como estamos recibiendo muchas consultas sobre
el resultado del esperado informe, del que solo sabemos que posiblemente se
conocerá oficialmente esta semana, nos hemos puesto a investigarla y nos permitimos, sin querer interferir en el proceso oficial, de sugerir nuestras primeras conclusiones preliminares.
En el fresco, aunque está un poco oscuro, se puede apreciar varios momentos de
la vida de Santa Catalina de Alejandría, que se identifica sin lugar a
dudas al aparecer la mártir en la viñeta central inferior junto a dos ruedas
con cuchillas que fueron los instrumentos que usaron inicialmente para
martirizar a Catalina por orden del emperador Majencio, al haberse negado a realizar sacrificios paganos. Como las ruedas se rompían por
intercesión divina (se aprecian dos ángeles con espadas), Majencio ordenó su
decapitación con una espada, tal y como se puede observar en la viñeta
siguiente, y su posterior entierro en la última.
La existencia de una ermita en los alrededores, anterior al comienzo de la construcción de la iglesia de Santa María en 1492,
está fuera de toda duda y este hallazgo lo confirmaría, aunque en la maqueta realizada para la exposición en el Museo de las Encartaciones en 2015 recreando la Villa en el siglo XVI, la situaban en el lado del ábside y la ponían bajo la advocación de San Martín no citando a Santa Catalina.
Esto explicaría la
colocación de la clave central de la primera bóveda de la nave lateral de la
Basílica en el lado de la Epístola (junto a la sacristía), que representa
precisamente el martirio de Catalina, con una rueda y una espada (que hemos
superpuesto en la fotografía), y a la advocación de una de las capillas del
templo dedicadas a la santa mártir, según informó en su día Julio Gutiérrez
Lumbreras en el Programa de Fiestas de 1953. Sobre este escudo ya hablamos en
este blog en 2016.
Pudiera darse el caso de que el informe pendiente
del Museo Minero de Gallarta se haya decidido retrasar ante este hallazgo, que pudiera tratarse, por cercanía, de la tercera sala
subterránea que José Luis Landaluze narró a varios componentes de la Fundación
El Abra en Febrero de 2020 y que dio paso a la contratación del estudio por
parte del Ayuntamiento.
Aunque se ha colocado la pequeña encina, para evitar nuevos hundimientos se ha procedido al vallado de la zona hasta nueva orden.
JOSE LUIS GARAIZABAL
a Memé Montejo por su foto de la tala y sobre todo,
Querida familia del Mareómetro.
ResponderEliminarEn vista del gran impacto causado por la INOCENTADA de ayer, os quiero pedir disculpas a los que se puedan mostrar molestos y agradeceros el interés que estáis mostrando debido seguramente a la falta de noticias con las conclusiones del estudio encargado por el Ayuntamiento al Museo Minero de Gallarta.
El fresco "encontrado" en el Campo, se encuentra en realidad en la iglesia-museo de San Sebastián de los Caballeros de la localidad zamorana de Toro y forma parte de un conjunto de tres paneles dedicados a la vida de Jesús, al martirio de Santa Catalina y a la vida y muerte de Juan el Bautista. En una de la viñetas se indica: "Teresa Dieç me fecit", por lo que algunos eruditos consideran a esta Teresa Diez como la autora de las pinturas y otros como la promotora de las pinturas, estando datadas entre 1316 y 1320, años cercanos a la fecha de la fundación de Portugalete como villa.