De familia humilde, era la mayor de cuatro hermanos que se quedaron huérfanos cuando tenía 9 años. A los 13 su madre se casó con un labrador, con dos hijos, entrando ella al servicio de Sotera de la Mier.
Acompañándola en uno de
sus viajes por motivo de salud, en Valencia conoció al joven Rafael Chapa Olmos
con quien se casó en Portugalete cuando tenía 17 años.
Tuvieron seis hijos, viviendo
en el palacio de Doña Sotera, en El Cristo, con cuya ayuda él entró en contacto
con las familias acaudaladas convirtiéndose también en uno de los principales
propietarios de Portugalete con intereses en el sector industrial y minero,
sobre todo tras la muerte de ella que les dejó herederos de su gran fortuna.
Genoveva figuró en la
Junta de Caridad del Hospital San Juan Bautista con Félix Chávarri, en 1901,
cuando construyeron el actual edificio. Tras quedarse viuda en 1907, encargó al arquitecto Manuel Mª Smith
importantes reformas en el palacio cediendo terrenos de su propiedad para
ampliar el campo de la iglesia. Continuó personalmente con la administración de
las actividades inmobiliarias y mineras, como por ejemplo la mina “Esperanza”
en los montes de Triano que ella había adquirido en 1902 y que estuvo activa
hasta 1977.
Dirigió la Fundación
benéfico-docente “Colegio de Nuestra
Señora del Carmen de Portugalete”, que luego continuarían sus hijos y
herederos como patronos.
Durante la guerra su
casa fue utilizada como cuartel y posteriormente dado el aumento de niñas en el
citado colegio, lo “ofreció graciosamente” para ampliar su capacidad.
Uno de sus hijos, Jesús Mª Chapa,
abogado, fue alcalde de Portugalete entre 1928 y 1930.
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