En la Noble Villa nos puede parecer
extraño que una palabra tan portugaluja como REBOLLO no esté recogida en los
diccionarios más importantes (RAE, María Moliner, Espasa, etc.).
Según la RAE: rebollo, nombre masculino.
1.1 Árbol de tronco grueso, copa ancha,
corteza cenicienta, hojas caducas, sinuosas, de color verde y fruto en forma de
bellota, solitario o en grupos de dos o tres.
1.2 Brote de las raíces del melojo.
Sin embargo nuestro REBOLLO, no es de uso exclusivo portugalujo pues aparece citado en otras localidades como vemos en el Vocabulario de Sanabria (Zamora) de Patricia Otero Alonso, o en “Estudios filológicos” publicados por la Universidad de Salamanca dentro del apartado “Denominaciones del guijarro y del canto rodado en las provincias de Zamora, Salamanca y Ávila” de Antonio Llorente.
En nuestra Villa existen referencias habituales
que hablan de “empedrados”,
“enmorrillados”, “encachados”, pero también encontramos “enrebollado” o “rebollo”. Así, la cita más
antigua hallada ha sido en el libro “Poder
y oligarquía en Portugalete” de Santiago Pérez Hernández (2011), donde en
las páginas 249-252 nos habla de una de las características singulares de la
Villa, como eran sus calzadas. Así el 17 de Agosto de 1570, se citan “las
obras de empedrado del Solar desde la entrada hasta la casa de Juan de
Montellano realizadas con piedra de rebollo buena….”.
Otra cita referente a los muelles, la
encontramos en el Archivo Histórico Municipal de Portugalete, en un Acta del 27
de Julio de 1878, pues se “dio comisión al Sr. Segundo Teniente de
Alcalde D. Pablo de Carranza, para arreglar el enverjado de la rampa que del
Castillo de la plaza se dirige al Muelle y el enrebollado de la
superficie de dicha rampa”.
El que fuera miembro de la Real Academia
Española desde 1957 ocupando el sillón letra “a”, D. Juan Antonio de Zunzunegui
y Loredo (1900-1982), describe en la página 184 del libro de la Colección El
mareómetro (1998), “Recuerdos y relatos
de infancia y mocedad”, cómo eran las calles de su Portugalete querido: “Unas
losas desiguales de piedra forman las aceras. Por el centro de la calzada un
canalito baja las aguas de las lluvias. Y en la caja de la calle, unos
rebollos embutidos en tierra, repiten esta figura de aspa”.
Otra de las citas que podemos reseñar corresponde a un párrafo del libro “Portugalete, años 20. La Revista El Abra” de la Colección El mareómetro (1999), donde en su página 269 se dice al hablar de los soldados acuartelados en la Villa: “Otros soldados se dirigían a la playa y a los puntos de la costa denominada Peñota y LA REBOLLERA, desde donde se podía pasar fácilmente a Santurce por las peñas, aprovechando la bajamar y atravesando un túnel natural que hoy está enterrado completamente”.
Dado que la Real Academia Española de la
Lengua en su página web ofrece un formulario para cursar solicitudes, JOSÉ LUIS GARAIZABAL, que nos ha enviado
estas líneas, sugiere que pudiera ser una iniciativa más de los actos del PORTUGALETE
700 el solicitar que sea incluida la acepción “canto rodado para empedrar
calles, plazas y rampas del puerto” dentro del vocablo “rebollo”.
Y si se consigue se podría usar el
rebollo como insignia para premiar a los portugalujos distinguidos en alguna
faceta de nuestra vida social.
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