Seguimos recordamos los 150 años del sitio carlista a
la Villa, recurriendo al Diario de los sucesos de Portugalete. Sitio y
bombardeo desde julio de 1873 hasta mayo de 1874, de Marcos Escorihuela, y a
la entrada de Aurelio Gutiérrez en su blog LA VIDA PASA con los muertos que figuran en los registros de difuntos de la iglesia.
Nos centramos hoy en los meses que la Villa estuvo en
manos carlista desde su rendición el 21 de enero hasta su liberación el 2 de
mayo.
El día 14 de marzo de 1874 nos dice que el numero de
enfermos es tan considerable que la Asociación titulada La Caridad, ha
habilitado un gran hospital tomando para ello toda la casa de la Sra. Viuda de
Epalza, las ultimas cinco casas que constituyen una manzana del Muelle Nuevo y
la casa de Moronati, habilitándolas con las camas y utensilios de los hallados
en la gran fonda de los Srs. Aguirre situada en Las Arenas.
El día 17 vuelve Carlos VII a la Villa y visitó uno
por uno a todos los enfermos sin excluir las salas de tifoideos y de variolosos:
dirigió la palabra a cada uno de por sí, dejando al despedirse 2400 reales,
para que fueran repartidos entre los asilados.
En los registros de difuntos en estos meses todos son
soldados muertos en el hospital militar y enterrados en el camposanto de la
Villa:
El 1 de enero. Manuel Manterola, soltero, natural de
Fuenterrabía, voluntario del ejército de D. Carlos, de la sexta Compañía del
batallón S. José octavo de Guipúzcoa, falleció a causa de una fiebre tifoidea.
3 de marzo. Juan José Idoyaga, natural de Ermua,
soldado voluntario del Batallón Guernica del ejército de D. Carlos, falleció a
causa de una viruela.
5 de marzo. Benito Sugasti, natural de Barambio, soldado
voluntario del Batallón Guernica del ejército de D. Carlos, falleció a causa de
una gastroenteritis.
Como excepción encontramos que el 25 de marzo falleció
Melchor Palacios Zubiaga, médico cirujano de Portugalete, natural de Espinosa
de los Monteros, hijo de Rosendo y de María natural de Valmaseda, que falleció
de disentería a los 50 años.
Y nuestro Ayuntamiento sigue sin dedicar una calle que recuerde que Portugalete fue una villa liberal, como lo fue Bilbao, villa que honra su pasado liberal con la Sociedad El Sitio, o una calle dedicada al General Concha.
ResponderEliminarAquí murieron defendiendo nuestra villa muchos hombres del batallón Franco de Nouvillas, al igual que combatieron valientemente los marineros de los buques Luchana y Ferrolano. Muchos dieron sus vidas por un ideal, lejos de la tierra que les vio nacer.
Pero ninguna calle les recuerda, a pesar de que forman parte de nuestra historia.
Si en Portugalete hay algo de la tercera guerra carlista que sea digno de recuerdo, es la labor historiográfica y médica de Marcos Escorihuela Conesa, a quien hace tiempo que se le dedicó una plaza céntrica.
ResponderEliminarLos nombres de generales, fechas y batallas que aún figuran en las calles de Bilbao son homenajes de la burguesía liberal a las personas y hechos que les permitieron hacerse con el poder económico y político.
Y no olvidemos que el Ejército fue uno de los pilares de la Restauración, que era básicamente un régimen corrupto, oligárquico y caciquil.
En mi opinión, no debemos juzgar acontecimientos históricos bajo el prisma de nuestra mentalidad actual, pues con ello los estamos distorsionando. Debemos mirar al pasado sin apasionamientos y con imparcialidad.
ResponderEliminarDejando al márgen que las grandes revoluciones han sido propiciadas y dirigidas por las oligarquías dominantes, que utilizan al pueblo para conseguir cotas de poder (lo que no ha cambiado mucho con el tiempo) un pueblo se hace digno cuando rememora a sus hijos (sean o no portugalujos) que tanto sufrieron en una lucha fraticida entre hermanos, como fueron las guerras carlistas.
Teniendo en cuenta nuestro pasado liberal, lo que resulta absurdo es que tengamos una calle con el nombre de Carlos VII, que nunca fue rey, como mucho pretendiente, y cuya aspiración al trono, nuestra villa, como liberal, nunca defendió. Más al contrario, muchos murieron por defender lo contrario. Podría decirse que hemos dedicado una calle a nuestro conquistador.
Creo que no he usado ningún concepto que pueda considerarse anacrónico respecto a la época de la que estamos hablando. Ninguna guerra civil es una lucha entre hermanos, ni enfrenta a la mitad de un país contra la otra. Eso sí que son tópicos carentes de rigor, que hemos asimilado por la influencia del "presentismo" actual.
ResponderEliminarMe explico que se defienda el liberalismo en contraposición a quienes piensan que los carlistas eran "protoabertzales". Pero nada más. El pueblo fue carne de cañón para unos y para otros.
Con todos los respetos, no puedo estar más en desacuerdo con tu afirmación de que "ninguna guerra civil es una lucha entre hermanos, ni enfrenta a la mitad de un país contra la otra. Eso sí son tópicos carentes de rigor".
EliminarIgnoro si lo que pretendes decir es que las guerras carlistas y la del 36-39 fueron guerras de españoles contra vascos, porque lo auténticamente riguroso, lo histórico, es que fueron guerras de españoles contra españoles, y por supuesto, de vascos contra vascos. Afirmar lo contrario es tamizar la historia precisamente bajo ese presentismo revisionista que denuncias.
De hecho, realmente hubo tres guerras carlistas, solo que una de ellas apenas tuvo efectos sobre el País Vasco, desarrollándose principalmente en el Maestrazgo y en el Levante. Españoles luchando entre ellos. Ahí no hubo vascos.
En cuanto a la guerra del 36-39, no será una guerra "entre hermanos" si asumimos la tesis bizkaitarra de que no hay nada que nos una los españoles, y que tan sólo son nuestros seculares enemigos. Algo que por supuesto está totalmente fuera de todo rigor histórico.
Si mi interpretación de tu postura es errónea, te agradecería que te explicases a fin de poder entenderte.
Como en la última guerra civil. Cuando mandaba la república mataban a los de derechas y cuando ganaron estos mataron a los de izquierdas.
ResponderEliminarLo que quería decir, y con esto me apeo de la discusión, es que las guerras civiles no pueden definirse como "luchas fratricidas" o de "una España contra otra España", porque estos conceptos suelen ocultar las diferencias e injusticias de todo tipo (principalmente de clase, o sea, económicas y sociales) que motivan dichos conflictos.
ResponderEliminarY si no creo en esas definiciones, tampoco creo en las de "vascos contra españoles", "españoles contra vascos", etcétera. Hay que tener ojo con los simplismos de todo tipo. Sobre todo, con los de la(s) derecha(s).
Tenemos infinidad de ejemplos, que tú conocerás aún mejor que yo, de que las guerras civiles son guerras entre hermanos. No voy a aducir el sentimiento de hermandad que debe imperar entre los habitantes de un país (sobre todo porque en España no tenemos ni idea de lo que es eso), sino con un ejemplo más literal: en 2001 tuve una conversación con dos hermanos ancianos, zamoranos, ambos hoy ya fallecidos, que lucharon en el frente de Zaragoza en trincheras diferentes: uno del bando franquista, otro republicano. Ninguno de los dos sabía que el otro estaba en dicho frente, y como decía uno de ellos, "de milagro no nos matamos el uno al otro". De hecho más tarde el franquista logró salvar a su hermano de una muerte segura (el consabido "paseíllo").
EliminarY tú bien sabes que por toda la geografía nacional hay ejemplos de hermanos contra hermanos (carnales), tíos contra sobrinos, primos enfrentados... somos un país cainita.
Y estoy seguro que casos de familiares enfrentados los conoces tú aún mejor que yo. Y eso no significa que intentemos soslayar las injusticias de todo tipo que se produjeron en ambos bandos, sobre todo, dicho sea de paso, en el bando ganador.