viernes, 3 de junio de 2022

FLORENCIO VILLAR BUENO (1899-1963) EL NEGUS

  


Siguiendo la sugerencia de uno de los seguidores del blog, recogemos la vida de este popular portugalujo para que acompañe a los que tenemos preparados para el último libro de la Colección El Mareómetro. Curiosamente este personaje Villar Bueno, Florencio, va delante alfabéticamente de otro Villar Sobrado, Seve, que también fue popular y es que dedicados a la venta de golosinas entre los más pequeños son personajes que quedan en la memoria de estos toda su vida. 

Nació en Sestao, pero al de unos meses sus padres vinieron a vivir a la Villa. Como su padre trabajó para el Ayuntamiento de guarda o jardinero, el siguió sus pasos y también lo hizo en trabajos de limpieza pública, guarda, bombero o lo que surgiera.

Casado con Isabel Hornilla Olarte, cuñada del sastre Tomás de Lafuente, tuvieron cinco hijos, el primero nacido en 1929, llegando a los años de la república en una situación económica extrema. Aprovechando que el ejército abandonó sus barracones del alto de San Roque dejando un guarda o conserje durante un tiempo, al abandonar este su vivienda la ocupó, siendo seguido después por otras familias, con autorización municipal, creándose un poblado que la gente empezó a llamar Abisinia. “El antiguo fuerte ha sido convertido en un cobertizo o refugio, en donde se cobijan más de 27 familias, unas 150 personas, obreros sin trabajo, mendigos habituales, gentes sin hogar y sin pan”. Nuestro hombre, que había sido el primero en llegar, y como la antigüedad es un grado, empezó a ejercer de  alcalde de barrio y ser apodado con el nombre del rey abisinio Haile Selassie, El Negus.

En la guerra luchó en el campo republicano, donde fue herido perdiendo una pierna, pasando por hospitales y campos de concentración. Tras la misma vivía en el nº 5 de la calle del Medio, y dado que su invalidez no le permitía ser considerado al igual que a los del bando vencedor como Caballero Mutilado, sino como “un puto cojo”, empezó a vender chucherías y golosinas en un pequeño puesto. Su intento de volver a trabajar para el ayuntamiento como vigilante del parque del doctor Areilza no tuvo éxito.

En enero de 1954 como el kiosko de la plaza situado a la izquierda de las escaleras de bajada a la estación llevaba un tiempo cerrado lo solicitó siéndole adjudicado. Allí ya a cubierto empezó una nueva etapa pues en 1956 le autorizaron también a poner seis mesas cerca para venta de bebidas en verano y hasta pensó aumentar el negocio instalando otro puesto al comienzo del recién inaugurado grupo de la Florida Genaro Riestra, a finales de 1958 algo que no consiguió.

No había llegado a los 65 años de jubilación cuando falleció de cirrosis.

1 comentario:

  1. Ole maestro. Tiene a su secretaria interventora de Jose Santos Garcia como escribana emancipada en Notarias Revuelta dispuesta a taquigrafiar en frances en Santa Clara. Aurretik. Nines Santos

    ResponderEliminar