El pasado 1 de junio dentro de las fiestas de San Antonio 2022 que se celebra en Buenavista, Angel Comonte ofreció una charla sobre la historia de dicho barrio, y al que hemos pedido que nos resuma para los seguidores de este blog su contenido, que recogeremos en tres entradas.
“Los viejos fuertes eran otro
aliciente topográfico. El de San Roque, reformado, tenía poco carácter con su
forro de madera pintada de rojo. El de Campanzar de planta angular, en ruinas,
levantado en 1833 por ingenieros militares ingleses en la primera guerra civil
era lóbrego y siniestro y servía de albergue a una familia miserable con su
maloliente rebaño cabrío.”(José Mª Areilza: Recuerdos de Portugalete
(Colección El Mareómetro).
Hace exactamente veinte años que
descubrí este libro que publicó El Mareómetro donde aparecían varias
referencias al Alto Campanzar a través de los paseos que realizaban el Doctor
Enrique Areilza y su hijo José María.
Aún siendo mi familia paterna oriunda
del ya desaparecido barrio de Pando, mi abuelo y mi abuela se
trasladaron a Buenavista en 1971.
Mientras realizaba mis lecturas
sobre el entorno en el que he crecido y en el que sigo viviendo, pude
adentrarme a conocer más a fondo su historia e intrahistoria a través del gran Archivo
Histórico Municipal y Administrativo con el que contamos en Portugalete
gracias a Roberto Hernández Gallejones;
además de varias explicaciones que me dio amablemente por entonces Rubén Las Hayas, como director de El
Mareómetro.
El barrio de Buenavista; aunque es
relativamente nuevo como producto de la segunda industrialización de la Margen
Izquierda y Zona Minera a finales de la década de los cincuenta y comienzos de
los sesenta del pasado siglo XX; forma parte de un modelo cultural obrero muy
similar a otras grandes barriadas de trabajadores de la comarca como Las Viñas
en Santurce o Arangoiti en Bilbao.
La conferencia titulada en el
programa de Fiestas como “Charla sobre nuestro barrio” la he
subtitulado: “De la Fiambrera al Tupperware” parafraseando un
capítulo de la obra de Italo Calvino titulada “Marcovaldo”, quien precisamente
es protagonista de las peripecias de un trabajador italiano en la periferia de
la industriosa Milán. No dejaba de ser una alusión a las reuniones que se
celebraban en la zona sobre productos de menaje y limpieza tipo “Stanhome”,
mientras las amatxus se tomaban un café.
Desde el que fuera el antiguo patio
de recreo de invierno del preescolar y parvulario de Aniel Quiroga donde
llegamos a hacer karate los alumnos y alumnas del Centro Escolar Ruperto
Medina; hemos conjugado algunas referencias de historia oral, así como algunos
pequeños apuntes de memorias de algunos vecinos junto con parte del archivo
fotográfico familiar con el que cuento. Durante varios meses hemos estado
recopilando algunos materiales de otras gentes de Buenavista gracias a Mariano
Antolín, presidente de la Asociación de Vecinos del que resultó un pequeño
vídeo.
He aprovechado para recordar la
profesión casi desaparecida de los fotógrafos de la Villa; así como a dos de
ellos ya fallecidos como Torres o Rodrigo, quién llegó a tener un estudio propio y tienda en el barrio.
Continuará....
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