El 12 de marzo de 2020 concluía la demolición del viejo mercado de
abastos de Repélega. Con ello se ponía fin a 48 años de actividad en el barrio,
desde que el inmueble fuera construido en 1972.
Entonces fue inaugurado, según leemos en el libro “Repélega. Todo esto eran
campas”, página 105, con “cuatro pescaderías, seis carnicerías,
una charcutería, una panadería, dos hueverías, cuatro fruterías, una
perfumería
y una juguetería”. Tiendas que mejoraron mucho la calidad de vida de un
barrio populoso y alejado del centro.
No tengo muchos recuerdos de este mercado, ya que mi familia vivía en el
Ojillo, pero sí entré con mi madre un par de veces, y siendo niño, como caía
cerca de nuestro colegio Virgen de la Guía, solíamos ir a corretear entre los
puestos. Y puedo dar fe que todos los establecimientos estaban muy concurridos.
En sus mejores tiempos el mercado llegó a albergar hasta 60 tiendas, si bien al
final de su vida sólo cinco puestos aguantaban estoicamente en la planta baja.
Habría sido buena idea instalar en el viejo edificio una biblioteca de
barrio (parece que hubo algún intento de desarrollar un equipamiento municipal,
según leemos en El Correo del 10 de marzo de 2020), o cualquier otra instalación
cultural, pero hay que reconocer que habría supuesto una inversión económica
difícilmente asumida por el Consistorio, ya que el solar era privado, y era
legalmente factible darle un uso residencial. No pudo ser, y la promotora ACR
acaba de concluir en su lugar un nuevo bloque de 30 viviendas.
En fin, otro pasaje de la historia portugaluja, que tan sólo queda en
nuestros recuerdos y en imágenes como las que ilustra este artículo.
Finalmente son 24 viviendas no 30
ResponderEliminarMi abuela vivía justo detrás del mercado y yo jugaba en ese callejón con mis vecinos a fútbol, me acuerdo que miraba siempre como descargarban cosas desde el balcón y solíamos ir mucho a comprar allí.
ResponderEliminarUna pena que no se conservase el edificio original.
El diseño de los pisos es horrible, oscuro, frío y sin una terraza o balcón.
Yo también fui al colegio Virgen de la Guía y mi madre y mi tío.
Qué recuerdos!! acompañaba a mi madre a comprar todos los sábados por la mañana, había muchos puestos, mucha gente...donde se encontraban y hablaban las mujeres del barrio. Un lugar de encuentro... donde reinaban frases como: "quién es la última?" Era un ambiente totalmente diferente a la actualidad, frío, triste y desolador. Es una pena que no se haya conservado y haberle dado un uso diferente.
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