lunes, 19 de diciembre de 2022

EL OJILLO DE `POSGUERRA: GASEOSAS BERRIATUA (3)

  


En sus recuerdos de infancia en el Ojillo, Juan Fermín López Markaida, se detiene en la fábrica de gaseosas Berriatua: 

Se encontraba en la calle Correos, tras pasar la pared trasera del Cine Ideal, a la derecha también, donde entonces se acababa la calle.
Disponía de un par de hermosos perros para disuadir a los chavales de mangar o guindar los cascos, envases, estos muy estimados por los críos, aparte de las propias gaseosas que en mas de una ocasión le birlaban mientras descargaba el repartidor que iba atendiendo a los clientes.
Los envases de gaseosas tenían dos componentes bastante solicitados por la crialada, las chapas o iturris, de cierre de los mismos y la canica (bolinche) de vidrio opaco de un tipo concreto de línea de producto que la portaba en el gollete de la botella o más bien botellin.
El propietario de la firma era Pedro Berriatua, su hombre de confianza Vicente López Sáez (Txola) y para repartir disponían de camionetas, camiones de poco tonelaje, en los que trabajó algún tiempo Manolín Angulo Ruiz de Luzuriaga de repartidor, después de haber trabajado cierto tiempo en la competencia, gaseosas Sirimiri, ubicada en el nº 11 del los bajos del Ojillo.
Enfrente de la gaseosera estaban las campas huertas de Aroma y de Rastrilla, lugar de múltiple juegos de la muchachada, espacio lúdico por excelencia pues la teníamos siempre en el pensamiento, con el chuncho del deseo de trastadas y andanzas nocturnas, para ver si caía algo. Pedro Berriatua encima de la envasadora, en el espacio del almacén donde desarrollaba su actividad industrial y comercial, disponía de un lugar muy especial, era una especie de laboratorio o banco de pruebas donde realizaba distintas combinaciones de productos para obtener el jarabe que le permitiera destacar en la profesión, diferenciarse del resto de la competencia, ofreciendo un articulo novedoso. De ahí salieron las conocidas DIANA NARANJA Y DIANA LIMÓN, en una especie de envases redondos, botellines de apariencia redondeada queriendo semejar al fruto natural de la naranja y limón. Fue un poco como el precursor del KAS naranja y KAS limón.
Tuvo que cerrar hacia final de la década de los 60.
Uno de la calle del Ojillo, que responde a las iníciales M.C.H.H. hizo de conejillo de Indias probando aquellos preparados. Nunca hemos sabido cómo le pagaron por participar, si en especie o con dinero, o con un “gracias chaval”.

 

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