miércoles, 14 de diciembre de 2022

RECUERDOS DE REPÉLEGA Y VILLANUEVA (2)

 


Los siguientes recuerdos pertenecen a Maite Aguirre, de 64 años y habitante de una de las casas del Grupo Villa Nueva, en una amable conversación que mantuve con ella en noviembre de 2022.

Empieza relatándome que la casa tocó por sorteo a su bisabuelo, quien entonces trabajaba en Altos Hornos de Vizcaya. La prole de este hombre ya nunca se desvinculó de la casa, pues tanto el abuelo paterno de mi informante como dos tías suyas y ella misma nacieron en dicha casa. De hecho, Maite fue bautizada en la cercana y ya desaparecida iglesia de San Cristóbal (derribada en 1989).

Maite recuerda que originalmente las casas de este bonito barrio eran de color marrón, con los falsos entramados de madera pintados de rojo. Había unos pocos árboles junto a las casas, y mantiene vivo en su memoria el desaparecido lavadero de Rivas.

Su madre le contó que durante la guerra civil, en un bombardeo de 1937, cayó una bomba en frente, en lo que hoy es la Plaza Gorbeamendi (entonces unas campas), cuya onda expansiva hizo saltar los cristales de su casa.

Rememora que posteriormente se construyeron, al final de la Avenida Repélega y frente a las casas de El Progreso, una serrería y una carbonería, que aparte de carbón también vendía leña para el fuego (entonces eran muy comunes las casas con cocina “de chapa”).

Maite afirma orgullosa: “Aquí sólo estaban las casas de El Progreso, Villa Nueva y las de la Babcock. Todo lo demás eran campas. Estaba todo tan despejado de edificios, que aquí subían los de Portugalete a tomar aires”.

 

Jesús, de 67 años y habitante de una de las casas del Grupo El Progreso, donde nació en 1955, me relataba en noviembre de 2022 que en la década de los 60 del siglo XX el actual bloque de casas que da a la Avenida Repélega y a la calle Luis Fernández Gómez, era entonces una campa con un campo de fútbol improvisado, donde iban a jugar los chavales. Así mismo, aún recuerda que en la Avenida Repélega, muy cerca de la actual Plaza Gorbeamendi, se erigía el caserío de los Arana-Vizcaya, desaparecido cuando en los 70 se construyó el bloque de casas que rodea la citada plaza. En su niñez fue alumno de las escuelas de Ramón Durañona, que ellos llamaban siempre “las escuelas del cura”.

 

Ángela E., vecina de Villa Nueva de 60 años que ya citamos en una anterior entrega, recuerda que siendo niña, a finales de la década de los 60, iban a comprar leche a una caserío de Rivas Nuevo (pequeño grupo de casas que estaban a apenas 100 metros de Rivas Viejo), trayéndola en las cántaras o lecheras metálicas que algunos hemos conocido. Así que el paso continuado de vacas por las campas de Villa Nueva era algo muy común y entretenimiento de los niños.

Ángela me relata que cuando su madre iba a los bailables de la Plaza o al tren de La Canilla, tenía que quitarse los zapatos y ponerse unos menos elegantes, ya que hasta el casco urbano de Portugalete (que entonces, años 40 y 50, se reducía al Casco Viejo, General Castaños, el Ojillo y una incipiente Carlos VII), todos los caminos eran de tan sólo tierra apisonada; y aún peor cuando llovía, pues esos caminos se convertían en auténticos lodazales. Entonces se decía “bajar a Portugalete”, expresión que según Ángela los de Repélega aún siguen usando.

Ilustramos este artículo con tres fotografías que nos ha cedido la citada Ángela. En primer plano el primer bloque de Villa Nueva según se viene de Sestao, con sus entradas originales (estas eran una especie de pequeño porche o antuzano, dentro del cual se abrían las puertas de acceso a las casas). Al fondo unas campas, donde a finales de los 70 se construirá el ambulatorio de Repélega.

A la derecha aparece la madre de Ángela y una de sus hijas, fechada en septiembre de 1971, junto a las primeras casas de la Babcock & Wilcox. Detrás de ellas las campas donde unos años después se construirá el citado ambulatorio de Repélega.

La última de las fotos, fechada en 1975, está sacada desde la parte alta de la actual calle Barrengoitia, que como se ve, entonces eran sólo campas. Detrás aparece la calle San Nicolás, con sólo construida una de las aceras. La acera de enfrente, a la izquierda de la imagen, aún está por construir, pero se ve que las obras de los actuales bloques ya han comenzado.

AITOR GONZÁLEZ GATO.



3 comentarios:

  1. La madre de Ángela se llamaba Pili y su hermana que con Ángela enmlavfoto se llama Ana Mari, jugaboa juntas de crias

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  2. "Bajar a Portu" lo decíamos, decimos y diremos las gentes
    de Repelega por los siglos de los siglos, aunque en un futuro el ayuntamiento instale el teletransporte (que seguro que la mayoría de las veces estará averiao, jiji).

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  3. Mare mia. Recuerdo ir a por leche al caserio!

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