Hay temas en la historia de Portugalete que son totalmente inéditos, y uno de ellos es éste de la existencia de un Cuerpo de Bomberos propio.
Lo ha investigado Roberto Hernández Gallejones, que además de su labor al frente del Archivo Municipal, tiene tiempo para divulgar el contenido del mismo a través de artículos como éste que nos ocupa.
La primera noticia sobre la existencia de un almacén con útiles y herramientas para la extinción de incendios y salvamento de personas corresponde a 1876, y es en 1884 cuando el Ayuntamiento ante el “sinnúmero de tiendas que se dedican en este pueblo a la expedición de petróleos y otras sustancias peligrosas”, decide crear una comisión que se encargue de adquirir una bomba destinada a la limpieza viaria con agua de la ría y que sirviera así mismo para la extinción de incendios.
Tras las gestiones de esta comisión formada por Francisco de Berriozabal, Fernando de Carranza, Cleto de Otaduy y Julian de Salazar, será en 1891 cuando se constituya el Cuerpo de Bomberos y el alcalde Mateo de Retuerto firme su Reglamento de funcionamiento.
El Cuerpo bajo la dirección de Francisco de Berriozabal, maestro de obras, contaba con un sub-jefe, dos cabos, un guarda de almacén, y 18 bomberos y zapadores. También tenía un avisador corneta (se conserva un trozo de tela marrón de su uniforme) que avisaba en casos de siniestros, además de que lo hicieran los serenos con sus silbatos o por medio de las campanas de la iglesia. El artículo de Roberto, que se centra en los primeros años del Cuerpo hasta la llegada del siglo XX, da todo tipo de detalles y nombres de los componentes, y recoge las imágenes del material utilizado según los catálogos que se conservan en los expedientes del Archivo.
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