Sin embargo tenemos
que reconocer que el que mejor refleja aquellos espectáculos es el desaparecido
cuadro de Reguera, que ponemos bajo estas líneas.
Otro de los
espectáculos que llevaba mucha gente (algunos iban provistos de su banco,
banqueta o similar) eran las “comedias” o funciones de los comediantes y
titiriteros que recorrían todos los pueblos del país. Por cierto que entre
número y número siempre había una rifa y hasta que no vendían las papeletas, no
continuaba la función.
Fue famosa la
“compañía” del enano Cosmín, que tenía su propia canción con la melodía de las
tabletas Okal: “Cosmín, Cosmín, te quiero porque eres tan chiquitín…”. Aquellas
comedias calaron entre la chavalería y después les superamos con creces, con el
mundialmente famoso CIRCO ZUBEL.
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