Últimamente en las librerías
encontramos nuevas obras de gente portugaluja, por lo que hoy traemos aquí ésta, dado que tiene relación con la historia local que nos ocupa fundamentalmente.
Tras acabar su lectura, queremos dejar constancia de que lo
primero que pensamos es lo acertado de la concesión del premio de novela
histórica que se anuncia en su solapa.
Narra una historia inspirada en hechos y
personajes reales entrelazados con otros propios de una obra literaria y de la
libertad de ficción del autor, como es el personaje de Juan Pagoeta, nombre que por cierto no ha dejado de sorprendernos. Hechos bien documentados o sugeridos en los
archivos, estudios y libros durante un intenso proceso de investigación. El
haber recurrido a investigadores o a sus obras, como Roberto Hernández
Gallejones, Goio Bañales, Aitor González Gato, o Sabino Aguirre nos habla ya de
lo acertado se sus indagaciones.
El protagonista Lope García de
Salazar y Muñatones, autor de las célebres Bienandanzas e Fortunas, por lo que es
considerado el primer cronista de Bizkaia, fue un hombre belicoso que dedicó
todos sus esfuerzos al engrandecimiento de su linaje.
El autor sitúa la trama en los
enfrentamientos que mantuvo este preboste portugalujo, y señor de la torre de
San Martín de Muñatones, con los Velasco, representado en este caso por Pedro
Fernández de Velasco y desarrolla la novela fundamentalmente a partir de las
noticias que nos han llegado de las disputas con su esposa, a cuenta de sus
mancebas, y con su hijo Juan el Moro a cuenta de la herencia.
En la última parte narra con
verdadera maestría y fuerza descriptiva, el sitio que sufrió Lope en su torre
de San Martín, tras haber organizado previamente la defensa de la Villa dejando
700 hombres aquí y termina con su muerte en la torre portugaluja, envenenado,
en circunstancias similares a las reales.
El libro acaba dedicando un
recuerdo al “mayúsculo novelista Juan Antonio Zunzunegui, cuyos Recuerdos y relatos de infancia y mocedad
(publicados en la Colección El Maréometro), me ayudaron a sentir Portugalete de
otra manera. Hay que leer a los clásicos. Y por último, al propio Portugalete y
a su gente, este pequeño escenario desde el que empecé a dar forma a esta
historia. Que así nuestra villa traspase fronteras y alcance a los lectores de
aquende y allende las murallas…”
Desde aquí solo nos queda
recomendar su lectura, y adjuntamos dos páginas del libro: el plano que ofrece
de la Villa y la descripción de sus orígenes.
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