Continuamos con los recuerdos de
infancia de Marcos Merino en los
años de posguerra en la Villa.
“Dos juguetes comprados he tenido
en mi niñez. Una escopeta con dos cañones para disparar pistones, me la compró
mi madre por 0,95 pesetas, después de bien pasados los reyes (hoy lo llamamos
rebajas) y el otro juguete fue un triciclo que me duró tanto, que al hacerme
mayor, las rodillas me pegaban en el manillar y ante mis quejas lo tuvimos que
jubilar.
Volviendo a los otros juegos,
"Txorro Morro" era uno de los más habituales. Se formaban dos equipos
y un ama. Un equipo se colocaba debajo a lo "Burro", apoyando la
cabeza en el regazo del ama y el otro equipo saltaba sobre los primeros. Cuando
todos estaban encima el ama cogía un dedo del primero de arriba y preguntaba
¿Txorro, Mono, Piko, Tallo, Ke? y el de abajo elegía uno y si acertabas se
cambiaban los tumos o también cuando por el peso se derrumbaban los de abajo.
El juego de "Pala y
palillo", consistía en una pala de madera, más o menos rudimentaria y un
palillo, que era un trozo de rama afilado por ambas puntas. Se pegaba con la
pala a una de las puntas saltando el palillo y al vuelo le arreabas al palillo,
lanzándolo lo más lejos posible y el que lo hacía era el que ganaba.
También jugábamos al “balón"
con un manojo de periódicos amarrados con cuerdas y a "pelota a mano"
en el pórtico de la iglesia de Santa María (pelotas artesanales hechas con la
lana que “apañábamos” de los ovillos de nuestras madres).
“Tiragomas” con una horquilla de
madera de algún árbol y con la badana de algún zapato viejo, alambre de cobre y
gomas de neumático de deshechos de algún garaje. El fin de los tiragomas era
matar pájaros pero normalmente con poca fortuna. Quien conseguía un trozo de
goma tenía un buen tesoro para canjear por otra cosa, un buen trueque.
anda k no jugabamos a pelota en la pared de la igesia al primi y cuando llovia en los soportales de la casa parroquial
ResponderEliminarMarcos, agradezco lo que leo y lo releo con frución. Tus relatos forman parte de mi infacia y están en mis recuerdos de Portugalete. Ahora, terminada mi vida laboral, paso muy buenos ratos escribiendo sobre : los embarrenazos contra la pared de la Clínica de Savín, los juegos de trompa y de goitibera, el "dolar con rayo" y los "goris", hechos en el muro de las Siervas, para jugar con los huesos de albérchigo, los partidos en el Ojillo, cuando nos apartábamos para dejar paso al caminón de fruta de Miñón ó al biscuter de Severino,...
ResponderEliminarDe verdad, tenemos tema.
Gracias.
Martintxu desde Tarragona