lunes, 7 de noviembre de 2016

LA CASA PARROQUIAL EN LOS AÑOS 70



Construida en 1967 en el solar que ocupaba la escuela del Campo de la Iglesia, la casa parroquial era propiedad del Ayuntamiento, pero la Parroquia consiguió la permuta de este solar por el de la antigua casa cural que estaba en los actuales jardines en la esquina entre la calle Santa María y el Cantón de la Iglesia, propiedad del obispado.
En la casa parroquial residían la secretaría y los despachos parroquiales. Disponía de varios espacios de diferentes tamaños para las reuniones y charlas de la pastoral parroquial. Este tema está explicado en el libro “Santa María de Portugalete. Parroquia revolucionaria”.
La Parroquia ofreció también los locales de la casa a las organizaciones políticas y culturales que en aquella época no podían tener legalmente lugar de reunión o espacios legales suficientes para sus actividades. En el tercer piso cabía sentadas 150 personas y otras 50 de pié. Señalo algunas de estas actividades.
El PSOE organizó varias charlas para sus militantes con Felipe González (antes de tener el pseudónimo de “Isidoro” en 1973), Pablo Castellanos, Víctor Manuel Arbeloa (sacerdote navarro socialista), Nicolás Redondo Urbieta y Gregorio Peces Barba (futuro presidente del Congreso de diputados). En este último caso, como el acto estuvo abierto a toda la población, a la salida la policía nacional pidió a los asistentes el DNI, obligándoles a ir a recogerlo a la Dirección de la policía en Bilbao al día siguiente. Yo no fui a recogerlo y me la mandaron al de un mes por correo. Peces Barba no lo entregó aludiendo que el DNI era personal e intransferible. Algunos asistentes saltaron por una ventana al patio de recreo del colegio de Santa Ana anexo para no ser fichados.
El PNV organizó charlas con Xavier Arzallus, Xavier Zubiri y Alejandro Echevarría Arrazola, cuando éste era militante suyo.
Utilizaron también los locales el Sindicato Libre de la Marina Mercante, la coordinadora provincial de Comisiones Obreras, los huelguistas de la construcción (con Periko Solabarria), los obreros de la central nuclear de Lemoiz, etc. La Asociación de familias expuso en el tercer piso pinturas de Agustín Ibarrola, y uno de los locales lo utilizó el centro de Formación de la mujer, promovido por una Caja de Ahorros y dirigido por Mari Carmen Ipiña.
La Parroquia organizó una Escuela Social en la que impartían charlas Iñaki Oshea y Víctor Urrutia sobre la historia de Euskal Herria y los movimientos sociales y un cursillo sobre el “Sentido cristiano de la educación” impartido por el religioso marista Patxi Loidi. Bernardo Atxaga dio unas clases de euskera a un pequeño grupo.
En el primer piso los grupos juveniles de la Parroquia organizaban, además de reuniones sobre los derechos humanos y acampadas, guateques los domingos por la tarde. Este último hecho molestaba al Ayuntamiento porque lo consideraba una competencia con la Organización Juvenil Española (OJE), los campamentos en Espinosa y sus actividades en la llamada “Casa de la Juventud”.
La Sociedad Cultural durante varios años tuvo sus reuniones en Travesía del Requeté nº 4, que era la dirección postal de esta casa. Editaba la revista “El Abra”. Organizó para el 17 de febrero de 1976 una mesa redonda sobre el “Estado de derecho: derechos de reunión y manifestación”. Llegó tanta gente que no cabía en la casa parroquial y se trasladó el acto a la basílica.
La Gestora pro Amnistía convocó también una mesa redonda sobre los exiliados, y además organizó otra en la basílica sobre la amnistía en la que participó Dionisio Larena, padre del preso santurtziarra Xavier. La organizaron el cura de la Parroquia Román Landera, que era el coordinador provincial de la Gestora, y Pako Zelaia. Por cierto, arriba se recoge la primera pegatina política que yo conocí y que la diseñó Pako. A ver quién acierta qué está escrito.

Según los documentos del Archivo Municipal, el Ayuntamiento colocaba un agente de la Policía Municipal en el Campo de la Iglesia, en teoría para que día y noche custodiase el monumento a “los caídos”, pero en la práctica para que anotase todo lo que sucedía en la casa parroquial. Esta información pasaba luego al gobernador. Los vecinos cuentan que por la noche, sobre todo cuando llovía o hacía frío, el agente se metía en el portal del entonces nº 20 de la calle Santa María y subía hasta la buhardilla. Les confesaba que ese puesto en el Campo de la Iglesia era un castigo para los agentes que habían firmado una carta al alcalde contra el cabo Lindosa. 
Tasio Munarriz

1 comentario:

  1. También había actuaciones musicales entre ellas oskorri.

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