Tras anunciar el alcalde el comienzo de los actos y actividades con motivo de la celebración del 700 aniversario de la fundación de la Villa, el PORTUGALETE 700, y siguiendo las investigaciones comenzadas por la Fundación El Abra, sobre la existencia de pasadizos medievales en el Campo de la Iglesia, la Fundación Museo de la Mineria del Pais Vasco a quien se ha recurrido, comenzó ayer los trabajos previos de prospección.
Recogemos de la edición de hoy en EL
CORREO la crónica firmada por MARINA LEON con el título: En busca de pasadizos subterráneos en el casco
histórico de Portugalete
A través de un estudio arqueológico, propuesto por la fundación El Abra,
se investigará durante los próximos días la existencia de estas galerías
medievales en el subsuelo de la villa
Cuenta la leyenda que una serie de pasadizos en el subsuelo de Portugalete, construidos en la Edad
Media por la familia Salazar, unían su torre, entonces una fortaleza defensiva,
con el interior de la iglesia de Santa María y el Muelle Viejo.
«De generación en
generación nos han llegado historias que cuentan como Lope García de Salazar
paseaba por estos conductos», ha explicado Rubén Las Hayas, fundador del blog
El Mareómetro y miembro de la fundación El Abra desde la cual se ha
impulsado un proyecto arqueológico, junto al área de Cultura del Ayuntamiento,
para constatar la existencia de estos túneles.
Tras la quema de la
torre en la revolución de octubre de 1934 «varios chavales jugábamos entre los
muros derruidos y había un agujero ciego que daba a esos pasadizos», ha asegurado.
Posteriormente fue José Luis Landaluze entonces dueño del bajo número 26 de la
calle Santa María, frente a la iglesia, ahora convertido en la tienda de
recambios electrodomésticos Relsa, quien narró cómo en 1984, al realizar
obras de acondicionamiento del local, colocó una zapata para afirmar una
columna cuya base se encontraba podrida y esta se hundió dejando a la vista una
de las galerías.
Al hilo del 700
aniversario de la fundación de la villa, que se celebrará en 2022 se ha puesto
hoy en marcha esta iniciativa con el fin de descubrir lo que esconde el corazón
de la localidad en sus profundidades. Se trata de un estudio del terreno a
cargo de un grupo de arqueólogos voluntarios del museo de la Minería del País
Vasco formado por seis profesionales dirigidos por Iosu Etxezarraga y
Javier Franco, doctores en Arqueología Medieval que forman parte de un equipo
de investigación de la UPV del campus de Vitoria.
«Hace tiempo que
queríamos estudiar qué hay debajo del entorno del casco histórico de
Portugalete», ha señalado el alcalde, Mikel Torres quien ha contado que con
varias obras de rehabilitación, tanto de viviendas privadas como de edificios
públicos, han ido apareciendo diferentes tipos de huecos y cavidades. Las
últimas surgieron con la instalación de farolas para la nueva iluminación de la
Basílica. «A través de este estudio podremos saber si, en caso de encontrar
algo, podemos seguir con trabajos de excavación».
Sistemas innovadores
Para hincarle el diente
a este proyecto el primer paso ha sido acotar los 3.000 metros cuadrados de
superficie. Portugalete se convertirá durante tres o cuatro días en un campo
de pruebas para combinar por primera vez tres sistemas de prospección con
la ayuda de ingenieros geofísicos que estudian lo que hay bajo el suelo, desde
la superficie, con métodos no invasivos que en este caso serán, el georradar,
la tomografía eléctrica y la microgravimetría. «Uniendo estas tres técnicas
intentamos que las carencias que pueda tener una las supla la otra y así
conseguir toda la información posible de lo que hay debajo del suelo por el que
caminamos», ha indicado Franco.
A lo largo de la mañana
del sábado se ha puesto en marcha el georradar que se encarga de medir la
densidad bajo el terreno a través de ondas que rebotan. Después se ha
utilizado la tomografía que se basa en la resistividad eléctrica de lo que hay
debajo «y tiene más capacidad de penetración que el primer método», y, por
último, en unos días le tocará a la microgravimetría, «una medida delicada,
pero con una precisión milimétrica que utilizamos para hallar, por ejemplo,
antiguas galerías mineras. Lo que hace es que en función de la gravedad se
detecta la densidad del terreno, entonces, si hay cualquier tipo de hueco se
verá. Este último método llega hasta donde el resto de aparatos no pueden»,
puntualizó.
Posteriormente se realizará una lectura de los datos obtenidos para saber qué intervención arqueológica se podría hacer en un futuro. «Se trata un reto muy interesante porque, aparte de encontrar los pasadizos, que sería un puntazo ya que no se conocen villas medievales en el País Vasco que los tengan, también queremos averiguar qué más hay, porque todo este espacio estaba poblado. Con este trabajo podemos intuir la topografía de Portugalete que hemos perdido», ha concluido el arqueólogo.
La Cofradía está fundada en 1651, que es el siglo XVII.
ResponderEliminarA Mikel Torres le han dado mal la fecha para el video de tv, y es justo rectificar en otra entrada siguiente de El Mareómetro.