viernes, 26 de julio de 2024

HISTORIA DEL COMEDOR DE LOS POBRES

  



Dentro de la historia de la beneficencia portugaluja existió durante muchos años el llamado Comedor de los Pobres. En las actas del Santo Hospital encontramos desde los primeros tiempos esta dedicación a dar de comer a los necesitados y así anotamos la cifra del mes de julio de 1786: 1.582 raciones, repartidas entre 186 enfermos, 930 personas mayores imposibilitadas, 434 niños huérfanos y pobres y 32 forasteros "justamente transeúntes". La Junta de Caridad llevaba una cuenta separada de estas comidas que corrían a cargo del Ayuntamiento.

En 28 de enero de 1887 se le dota de un nuevo reglamento, que Aurelio Gutiérrez Martin de Vidales recogió en su blog LA VIDA PASA, siendo el secretario municipal Eusebio de Santamarina, el contador depositario de los fondos hasta 1893, en que se lo pasó a Antonio de Salazar, entregándole 599,93 ptas. pero constatando también una deuda a Andrés de Salaverri de 1.315 ptas. por la carne suministrada. Salazar se hizo cargo de esta gestión del "Rancho de los pobres" pero en 1899, planteó encargarse sólo de la contabilidad siendo "el Ayuntamiento o quien corresponda", el que llevara la inspección y dirección de este.

Con la muerte de Manuel Calvo y la creación de la Fundación Manuel Cavo para gestionar su testamento, que dedicaba una parte de “sus rentas al pago de la caritativa costumbre que hay en el pueblo, de repartir a diario raciones de olla y pan entre los menesterosos". De esta manera la beneficencia portugaluja se adaptaba a los nuevos tiempos. Mientras la Fundación del Hospital, financiada por ayudas populares, gestionaría y cubriría la asistencia a enfermos y mayores, la Fundación Manuel Calvo, mantendría el comedor de los pobres, financiada por las rentas de su fundador.

Al inaugurar el nuevo Hospital, en 1907, el rancho de los pobres se suministró en el Hospital, estando sujeto a las diversas situaciones económicas que pasó la sociedad portugaluja. En ciertas épocas se redujo a solamente 10 las raciones que se podían dar, adelantando su importe el Hospital, y en otras ocasiones como en 1921, en que se daban 19 raciones diarias se solicitaba ayuda al Ayuntamiento. En los años treinta "en vista del estado de las fincas en La Habana" se tienen que rebajar a nueve las raciones, "suprimiéndolas si la situación no toma un cambio favorable".

Tras la guerra civil el Comedor de los Pobres vuelve al centro de la Villa y lo encontramos situado en La Ranchería, bajo el amparo de la entones organización del nuevo régimen denominada Auxilio Social. La segunda foto nos muestra su entrada en el hueco existente entre el desaparecido cine MAR y las escaleras de subida a General Castaños.

En 1943 se produce la última donación que se recuerda, dedicada a este Rancho de los Pobres y se trata del legado del indiano Bernardo Castet, que le asigna una parte y que se materializa en 58.544 ptas. que recibe la Fundación. En los años cincuenta desaparecería, estando durante casi medio siglo sin poder cumplir con los objetivos fijados por su fundador.

En el siglo XXI, disponiendo nuevamente de rentas provenientes del renovado y moderno Hotel Puente Colgante, la Fundación Manuel Calvo adapta sus fines sociales a los tiempos presentes y acuerda destinarlas a "actividades de ámbito social.

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