Tras
las noticias que José Luis Garaizabal
nos dio sobre el fuerte militar de San Roque en los años 30 del siglo XIX,
recogemos la parte de su trabajo que se refiere al que se volvió a construir
tras la última guerra carlista, analizando en esta entrada su proyecto y en
otra próxima su construcción:
Tres décadas después de que se
demolieran las fortificaciones sobre Abatxolo y el cerro de San Roque, aquel
deseo “…a fin de que en ninguna ocasión
pueda servir de baluarte a los enemigos del Gobierno“, se lo llevó el
viento, ya que los carlistas sitiaron de nuevo la Villa en 1873 e instalaron
sus baterías en la cima desnuda y aplanada de ambos cerros (la foto superior
corresponde a ese año) y seguramente sobre el solar del “llamado el nuevo”,
instalaron la batería nº 4 (Plano del Sitio de Portugalete – J. Pajares 1874).
Según nos contó en su diario, Marcos
Escorihuela, el 10 de Octubre de 1873: “Noticiosos
los carlistas de la próxima traída de Bilbao de unas casas blindadas para
fortificar el Alto de San Roque, han hecho obras ofensivas o trincheras en
Campanzar y en el Pozo de Abacholo”. Dos días después, los carlistas
disparaban su artillería sobre la Villa desde San Roque.
La Villa se rindió el 21 de Enero de
1874, retirándose los carlistas el 1 de Mayo. De lo sucedido el 18 de Mayo, Escorihuela
nos narra: “Se trabaja activamente hace
días para fortificar principalmente los altos de San Roque y Campanzar, donde
quedan colocados ocho grandes cañones, que si se hubiese hecho en Agosto
pasado, se hubieran evitado ruinas dolorosas e irreparables…”.
Dado que había que alojar a los
militares de los batallones Barbastro y Segorbe, y que la Villa no contaba con
instalaciones adecuadas, surge el proyecto de “Cuartel defensivo en la Villa de Portugalete, en el Alto de San Roque”.
El proyecto, descripción, presupuesto y pliego de condiciones lo hemos
localizado en el Archivo Histórico Foral de Bizkaia (Bilbao Primera 0196/003)
fechado el 26-8-1874, y nos permite conocer las características del
acuartelamiento.
El plano dibujado en tela, se encuentra
en pésimo estado, ya que al haberlo doblado en fresco o a temperatura o humedad
inadecuada, ha provocado que se calquen unas imágenes sobre otras y me ha requerido
un arduo trabajo de borrado de los trazos calcados. Está fechado el 11 de
Agosto de 1874 y firmado por el Comandante de Ingenieros, Eduardo de
Mariategui.
Se trataba de alojar de forma urgente a
150 hombres en un edificio compuesto por un piso central elevado y en otro piso
menor debajo de las dos alas. El contratista debía acabar la obra en 70 días.
El edificio de 115 m de longitud por 12
de anchura (deducimos por el plano), contaba con tres grandes puertas (p’, p’,
p’) de 2,20 m, dos de ellas chapadas con plancha de hierro “para que no pasen
las balas de fusil”, lo mismo que las ventanas de la cocina (v, v’), excusados
(L, M), las estancias (d’, d’, d’, d’) y las puertas de las casamatas que están
frente a la escalera. El dormitorio de la tropa contaba con claraboyas en el
techo y un suelo de madera desmontable en su parte central, para tener acceso a
las rampas que permitían conducir las piezas a las casamatas (G, G). Los
blindajes con madera eran de medio metro de espesor. El suelo de los dormitorios
iba empedrado para facilitar el paso de las piezas. Las aspilleras del
dormitorio de tropa, lo mismo que en otras dependencias podían cerrarse con
tablas dotadas de bisagras. Unas escalerillas (E) daban acceso a las
dependencias del gobernador, oficiales, oficial de guardia y telégrafo (d’, d’,
d’, d’). Mediante cuatro tubos de hierro galvanizado se ventilaban las
dependencias subterráneas, sobresaliendo un metro por encima del tejado. El
tejado era únicamente de chapa galvanizada (776 m2), lo que hace suponer que
originaría unas temperaturas extremas para los alojados. Contaba con un
depósito de agua de 6 m3. Las diferencias entre tropa y mandos eran evidentes,
contando con cocinas y excusados diferentes. Igualmente, solo los excusados de
oficiales contaban con inodoro. El cuartel contaba con foso que debió ser
excavado, etc.
El presupuesto se fijó en 27.309 ptas. con
tres plazos iguales para los pagos: 1º a la mitad de la obra, 2º a la
conclusión y 3º dos meses después de entregar la obra, estableciendo una multa
diaria de 25 ptas. por retrasos y en caso de adelanto se le bonificaría con
12,50. Las ofertas se podían presentar hasta el 3 de Septiembre, ganando el
portugalujo Pedro Lecue e Ibarreche, casado, carpintero de 38 años de edad,
domiciliado en la calle Santa María nº 9-pral., que ofertó 26.625 ptas., contra
las 26.800 que ofertó el abandotarra Pedro Bilbao.
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