Elegimos el mes de enero de 1874, en que los
bombardeos arreciaron hasta obligar en día 21 a pedir la rendición.
Encontramos el día 13 en que Escorihuela escribe: Hoy
ha sido bombardeada esta plaza al igual que el día 11. Han arrojado 36 bombas y
114 proyectiles. El numero de desgracias ha sido un niño de 14 años muerto por
una bomba y 10 entre heridos y contusos.
El registro nos confirma que se trató de Salustiano
Robles, que falleció con 14 años a causa de las heridas producidas por el casco
de una bomba que cayó en la misma casa donde se hallaba. Su padre natural de Llodio
era cantero y su madre Vicenta de Lejona.
Fue enterrado en la huerta de Bernardo Castet, por no
haber podido ser sacado fuera de puertas al cementerio a causa del sitio por
los carlistas, al igual que se hacía a los que morían aquellos días. Así vemos el
caso de otras bajas como el día 6, a Silvestre Abando de 50 años, padre de un
hijo, muerto en el Hospital (la casa torre de Salazar) se le enterró en la
huerta del mismo, y el día 14 a Juana Olivares soltera de 36 años, natural de
Bilbao, igualmente “enterrada en el huerto de este, por no haberse podido
conducir su cuerpo al camposanto”.
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