La
primera fotografía que se conserva de la Villa sacada desde Sestao, en 1864, fue
del fotógrafo J. Laurent, al que seguirían otros como Hauser y Menet, y cuyas
fotografías se guardan en los Museos o hemerotecas nacionales. De los
fotógrafos establecidos en Portugalete se recuerda a Aurelio González, Policarpo
Díez, Páramo, y otros más modernos como Guyma.
Sus
fotografías al ser vendidas pasaron a popularizarse y ser objeto de colección.
Muchos
coleccionistas como en Portugalete, José Lecue, Juan Campos, Daniel Zubimendi o
Eduardo Benito, iban completando, con mucho trabajo y afición las que les
cedían o adquirían, con otras sacadas por ellos mismos. Algunas de las citadas
colecciones citadas fueron recogidas en libros, como hicimos en la Colección El
mareómetro, con gran acogida popular.
Sin
embargo fue una costumbre corriente el olvidarse del autor de la foto. Es fácil
encontrar en publicaciones importantes donde no aparece el nombre del autor
pero sí el del coleccionista que la ha cedido. Los nombres de los fotógrafos
perdieron la batalla ante los nombres de los coleccionistas.
Modernamente
con la irrupción de Internet, los coleccionistas han perdido, a su vez, la
batalla, ante las redes sociales. Al colgar las fotos aquí, se consigue que se reproduzcan
de una manera exponencial, pero renunciando a su propiedad que pasa a ser de
facebook, o la red correspondiente y, ya no solo no se cita al autor de la foto, sino tampoco su procedencia, y como mucho se recurre al genérico “procedente
de las redes sociales”.
Estas
reflexiones nos sugieren la foto de hoy, que corresponde a un detalle de una de
aquellas que desde la ventana de su casa nº 1 del Ojillo, esquina con la plaza
del Cristo, sacó Basilio Elosua. Muchas de sus fotos que se reproducen en las
redes sociales, proceden del álbum familiar, cedidas en un momento determinado
y a una persona determinada y ya circulan sin ninguna referencia al autor, que
ha quedado ya definitivamente relegado al olvido.
Este
es el motivo que pongamos su nombre sobre la foto y que pensemos en reivindicar
al autor, totalmente desconocido para las generaciones siguientes.
La
foto, que es de hace unos 60 años, muestra la plaza del Cristo con la casa de
Chapa a su derecha, en cuya fachada parece que hay un altar, al igual que una
caseta, que bien pudiera ser de aquellas tómbolas que se organizaban a favor
del Hospital-Asilo, en el momento de la llegada de una procesión precedida por
los txistularis. En la cabeza de ella los alumnos del colegio Santa María con
sus frailes de sotana y un grupo de “cruzados”. A resaltar también el tranvía y
el municipal con su casco blanco en la mano.
Publicado el 2 de junio de 2014
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